Honras fúnebres en el panteón donde fue sepultado Arturo Beltrán
Miércoles 4 de agosto de 2010, p. 12
Con fuerte custodia del Ejército Mexicano, familiares y amigos inhumaron ayer los restos de Ignacio Coronel y su sobrino Mario Carrasco, en el panteón Jardines del Humaya, en Culiacán.
Los cadáveres llegaron alrededor de las 23:50 del lunes en el vuelo 2162 de Aeroméxico, y según otras versiones fue tres horas antes. Militares revisaron los féretros ante los familiares, y luego una carroza los trasladó a la funeraria Moreh, ubicada en la céntrica colonia Almada.
Los restos del líder del cártel de Sinaloa y su sobrino fueron velados en capillas contiguas, colmadas de arreglos florales de hasta 30 mil pesos, que se debieron distribuir en corredores y salas de descanso. El personal de la funeraria impidió el paso a los reporteros.
Casi un centenar de soldados –gran parte de ellos en tanquetas y unidades artilladas– vigilaban la funeraria y seis cuadras a la redonda; revisaban los vehículos que entraban o salían, y luego escoltaron los féretros hasta el cementerio, el mismo en el que fue sepultado en diciembre pasado el capo Arturo Beltrán Leyva, El Barbas.
Toda la mañana se dijo que Nacho Coronel sería sepultado en su natal Canelas, Durango, o en el panteón de Jesús María, al norte de Culiacán; pero finalmente ambos cadáveres fueron inhumados en Jardines del Humaya, al sur de la ciudad: un cementerio colmado de mausoleos, donde los esperaba la banda musical Los Terribles y otro grupo norteño.
Ahí, ante a la mirada de los militares y las decenas de cámaras y micrófonos que los captaban, los familiares cantaron Te vas ángel mío y tomaban cerveza y whisky, hasta que uno de ellos, con voz de mando, mandó decirles a los periodistas: Ya estuvo bueno, que nos dejen en paz...
En Jalisco, donde fueron abatidos Nacho Coronel y su sobrino, el gobernador Emilio González Márquez dijo sentirse tranquilo por la pesquisa que la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) inició contra policías estatales presuntamente coludidos con ambos capos.
Somos los primeros en pedir que se investigue a todos, empezando por un servidor
, dijo el mandatario panista en su primer pronunciamiento sobre el particular.
Sobre la lista de militares y policías que había en la computadora portátil del capo asegurada en su casa de la colonia Colinas de San Javier –que dio lugar a la investigación–, González Márquez dijo: si algo ha ocurrido, ya lo dije alguna ocasión, es que el narcotráfico se infiltró en todo...
Del operativo en que cayó Nacho Coronel indicó: fue un trabajo de inteligencia militar con resultados específicos
.