La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) consideró que la legislación migratoria de Estados Unidos viola los derechos de los niños y las obligaciones de protección de la familia.

El organismo internacional emitió el martes una resolución por el caso del mexicano Hugo Armendáriz y del trinitario Wayne Smith –deportados en 2003 y 2001, respectivamente, por presunto tráfico de drogas– en la que solicitó a las autoridades estadunidenses el retorno al país de ambos hombres a quienes les fueron violados sus derechos durante el proceso de expulsión, pues los dos tienen residencia y familiares en Estados Unidos.

El mexicano llegó al país vecino a los dos años de edad, y trascurridos seis años se le otorgó la residencia legal. En 1995 se le condenó por posesión de cocaína y se iniciaron los trámites para la deportación mientras cumplía su sentencia. En tanto, el trinitario emigró con su familia a territorio estadunidense cuando tenía 12 años. En 1974 adquirió la residencia. Veintiséis años después se le acusó por posesión de cocaína y fue condenado a tres años de cárcel. En 1998 se le deportó por primera vez, regresó al país y en 2001 se le expulsó definitivamente.

Ambos tramitaron ante la CIDH un recurso al argumentar que su expulsión fue ilegal.