El campo está marginado y perdido como hace 100 años, y se requiere un plan emergente que lo vuelva prioridad nacional, pues de no ser así la nación estará en riesgo y se romperá el orden social, advirtieron dirigentes de organizaciones campesinas en Anenecuilco, Morelos.

Durante la conmemoración del 131 aniversario del natalicio de Emiliano Zapata y reunidos en su pueblo natal del municipio de Ciudad Ayala, los líderes conminaron al procurador agrario, Rosendo González Patiño; al gobernador Marco Antonio Adame Castillo, y demás autoridades presentes, a remediar la crisis agraria o renunciar.

En sus respectivas intervenciones, deploraron que los principios de la Revolución sigan sin cumplirse después de un siglo, y exigieron al gobierno que no traicione más el proyecto nacional y la lucha que cobró la vida de miles de mexicanos.

Presentes en la explanada del museo del Caudillo del Sur, cientos de campesinos aplaudieron a los líderes y avalaron sus exigencias, mientras el enfado era notable entre las autoridades.

David Padilla Marín, dirigente del Congreso Agrario Permanente, señaló que la gente del campo sigue hundida en el hambre y la pobreza. Exigió que la producción de maíz, frijol, arroz, trigo, sorgo, leche, huevo y carne sea prioridad nacional y sustente el rescate de la soberanía alimentaria.

Florencio Ixpango Merino, de la Unidad de la Fuerza Indígena Campesina, aseguró que la política económica ya causó 25 años de estancamiento y el régimen es incapaz de generar los empleos necesarios, por lo cual miles de mexicanos abandonan sus familias y pueblos para buscar el sustento en el extranjero.

Condenó el modelo neoliberal, que incentiva la voracidad capitalista y excluye a la mayoría de los mexicanos de la distribución de la riqueza, pero les heredó la pérdida de la soberanía alimentaria, con políticas que ya destinaron casi 60 mil millones de dólares a la importación de alimentos y generaron una dependencia superior a 50 por ciento de la producción nacional.

Se rescató a los banqueros, pero el campo es una zona de desastre, que sólo puede restaurarse con un plan emergente y un nuevo pacto social que incluya solución a los conflictos, revisión del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y un nuevo Procampo en favor del minifundio, expuso.

Plutarco Emilio García Jiménez, líder de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala y de la Unión de Pueblos de Morelos –quien recibió la medalla Emiliano Zapata en el contexto del centenario de la Revolución y el bicentenario de la Independencia– dijo que los más de 50 millones de mexicanos que viven en la pobreza no tienen motivos de celebración.

Tanto el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame, como el representante del gobierno federal, Rosendo González Patiño, reconocieron que urge una transformación sustancial y dinámica para revitalizar el campo.

En Campeche, medio millar de campesinos de varios municipios marcharon por calles de la capital y celebraron un mitin frente al busto del extinto secretario de Gobernación Juan Camilo Mourino, al que bañaron de sangre animal y le estamparon la frase Zapata vive, mientras acusaban al gobierno de explotar al campesinado y robarse el dinero de los programas sociales.