El precio de la harina de trigo se elevó de golpe 20 por ciento en el país durante el último mes, como una primera consecuencia de los incendios y la sequía que afectaron la cosecha del cereal en Rusia, tercer exportador del grano en el mundo.

A principios de julio el costal de harina de trigo en el país (el insumo más utilizado para elaborar pan) costaba 210 pesos, y en menos de un mes subió a 260, a consecuencia del problema en Rusia, aseguró el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), Leopoldo González.

En entrevista, el dirigente advirtió que a finales de agosto se podría registrar un aumento similar si no mejoran las condiciones climáticas en Rusia, que atraviesa por la peor sequía en 50 años.

El jueves pasado el primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunció que el país restringiría temporalmente la exportación de cereales y otros productos agropecuarios para impedir el alza de precios en el mercado interno.

La medida incluyó trigo, centeno, cebada y maíz, así como las harinas de trigo y de centeno, aunque se dejó fuera al arroz. De inmediato, los precios internacionales del trigo se dispararon.

En el mercado de trigo de Chicago, el más grande del mundo, el bushel (medida que se usa para medir granos y que equivale a 27.3 kilos) cerró la semana pasada en 7.25 dólares, su cotización más alta desde septiembre de 2008. En junio pasado el mismo cereal costaba 4.35 dólares por bushel.

El Banco de México advirtió el lunes pasado que el índice nacional de precios al consumidor (INPC), que mide la inflación, se verá afectado por las presiones al alza de algunos granos básicos como el trigo.

El banco central añadió que hacia el último trimestre del año podría haber un repunte de precios provocado por el incremento en el valor del trigo, que arrastraría a los demás granos como frijol, arroz, maíz y soya.

De acuerdo con datos de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados, durante 2009 México mantuvo un saldo negativo de más de 2 mil 306 millones de dólares en la balanza comercial de granos básicos tales como maíz, trigo, sorgo y arroz.

Hace unos días el senador del PRD Rubén Velázquez López aseguró que el país mantiene una dependencia agroalimentaria de 55.4 por ciento en el caso del trigo; 23.7 en maíz, y 73.5 en lo que toca a la producción de arroz.

Al respecto, el presidente de la Canainpa rechazó, en declaraciones a La Jornada, que la dependencia en granos básicos obedezca a un mal manejo de la política agropecuaria nacional, y consideró que se trata de una tendencia mundial en la que cada país se especializa en producir determinados productos.

Las grandes estepas rusas propician la siembra de cereales, pero en México el terreno es más propicio para la producción de otro tipo de cultivos como frutas. No podemos sacar agua de las piedras, comentó.

González Casas indicó que 40 por ciento de cada pieza de pan es harina de trigo, por lo que el encarecimiento de dicho insumo repercute directamente en el precio final del producto. Además, comentó, también se podrían ver afectados los precios de productos como las pastas y las galletas, entre otros.

Indicó que hasta el momento el incremento en el precio del trigo para los industriales no se ha trasladado al precio final de los productos. Sin embargo, consideró que la industria no podría soportar un aumento adicional debido a que ya se encuentra muy presionada por las altas cargas impositivas y el incremento en los precios de gasolina, electricidad, azúcar y huevo, entre otros insumos.

El dirigente dijo que los industriales prevén que la situación permanezca delicada por lo menos hasta finales de año, debido a que es poco probable que en los mercados internacionales vuelva a descender el precio del trigo.