Daños colaterales de la guerra calderonista
Miedo y desplazamiento en zonas de combate
ue una llamada no esperada, de ésas que llegan a descubrir situaciones que a veces son inimaginables. La llamada provenía de Monterrey. Un importante empresario, lo decimos muy en serio, un importante empresario pedía informes. Aunque parezca increíble, trataba de conseguir información sobre las zonas residenciales de la ciudad de México, o mejor dicho, quería saber cuáles son los índices de seguridad en esas partes del Distrito Federal.
El hombre tiene en la cabeza cambiar de domicilio. Explicó que le era imposible seguir su vida en la capital de Nuevo León. Los índices de violencia en aquella ciudad eran su razón. Cuando no es chantaje es secuestro, a los que nunca se amolda la ciudadanía, comentaba. Y cuando ya no es posible salir a un restaurante porque puede ser que llegue un grupo de sicarios a matar a alguien, y una bala perdida siegue la vida de algún comensal o pase lo mismo al ir al súper o a la iglesia, ya no es posible vivir.
Y dice a las autoridades policiacas, a las que llamó, que no se trata de huir, sino de salvar la vida
. Aunque no existe información de las autoridades de la captital o de las federales, la extrema violencia que se vive en el norte del país empieza a generar el fenómeno de desplazamiento, uno de los daños colaterales de las guerras.
La información que se tiene hasta ahora es como la que les platicamos del empresario, así, casi como rumor. Pero lo cierto es que cada día hay más casas abandonadas, cada vez se cierran más industrias, cada hora aumenta el miedo. Miedo a los retenes que realizan los sicarios, miedo a los retenes de las fuerzas federales.
Y esto, el miedo en este caso, alimenta la migración. Tal vez por nuevo, el fenómeno no se ha contabilizado, pero a cada rato se sabe aquí, en la ciudad, que arribaron a la colonia nuevos vecinos de alguna de las entidades involucradas en la guerra que declaró, unilateralmente, Felipe Calderón.
Hay familias enteras, las menos, pero con mayores posibilidades, que corren a refugiarse al otro lado de la frontera. Otras emigran a los estados del centro del país y algunas busca un lugar en la ciudad de México, y no quieren saber nada de su pasado inmediato porque significa puros malos recuerdos.
Por lo pronto, es necesario que quienes pueden significar este hecho se den ya a la tarea de contabilizar esta migración del miedo, que ya es imposible ocultar porque trae consigo, además de la solidaridad de esta ciudad y sus habitantes, la muestra de lo grave que resulta una medida como la que mantiene Felipe Calderón. Nada más.
De pasadita
La secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal informó que en la ciudad de México se crearon en este mes 27.2 por ciento de los empleos que se generaron en todo el país, es decir, 12 mil 452 plazas. Si se compara el dato con lo que se hizo, por ejemplo, en el estado de México en el mismo lapso, se puede señalar la diferencia entre las políticas de empleo entre las dos entidades. El gobierno de Enrique Peña Nieto sólo logró generar 45 nuevos puestos de trabajo.
En Guanajuato, según la medición, se perdieron 725 empleos, y en Veracruz más de mil. Las cifras que dio a conocer la secretaría de Desarrollo Económico, que tiene como titular a Laura Velázquez, fueron tomadas del número de asegurados, por entidad, del Instituto Mexicano del Seguro Social. ¿Cómo la ven?