Teherán, 12 de agosto. Una mujer iraní, cuya condena a muerte por lapidación provocó el rechazo internacional, aparentemente confesó haber cometido adulterio y habló del asesinato de su marido en una entrevista por la televisión estatal.

La mujer, que hablaba en azerí (dialecto turco) y cuyas palabras eran traducidas al farsi, estaba envuelta en un chador negro que sólo dejaba ver su nariz y un ojo.

Ashtiani supuestamente describió cómo se involucró en una relación con el primo de su esposo.

“Él me dijo: ‘Matemos a tu esposo’. Yo no podía creer que mi esposo sería asesinado. Creía que él estaba bromeando. Luego descubrí que asesinar era su profesión”, declaró. Él vino (a nuestra casa) y trajo todos los materiales. Trajo artefactos eléctricos y cables y guantes. Luego, mató a mi esposo al electrocutarlo.

Además, presuntamente la mujer criticó a su abogado, Mohammad Mostafaei, por haber hecho público su caso.

El diario británico The Guardian citó a Houtan Kian, otro de los abogados de la mujer, quien aseguró que su cliente fue torturada durante dos días en la prisión de Tabriz antes de la confesión televisiva y que sus dos hijos están traumatizados tras su aparición.

Ashtiani ya recibió 99 azotes por tener una relación ilícita con dos hombres hace varios años. Su condena a morir por lapidación fue suspendida en espera de que concluya una revisión judicial, pero aún podría ser llevada a cabo.

El asesinato, el adulterio, la violación, el robo a mano armada, la apostasía y el tráfico de drogas son punibles con la pena de muerte bajo la ley de la sharia iraní, que se aplica desde 1979.

Irán utiliza las confesiones en la televisión de prisioneros políticos, un método muy criticado por la oposición interna y por la comunidad internacional.

Amnistía Internacional indicó que las autoridades iraníes ahora estarían inventando nuevos cargos de asesinato contra la mujer. Según la organización humanitaria, Irán es el segundo país del mundo con mayor cantidad de ejecuciones después de China.