Opinión
Ver día anteriorSábado 21 de agosto de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de Abajo

Testimonio guanajuatense

“M

e llamo Fabiola, tengo 20 años. A principios de 2008 yo trabajaba en una cafetería aquí en León, Guanajuato. Ahí conocí a un muchacho y me embaracé. En mi casa nunca supieron de mi embarazo porque no se me notó, yo creo por el miedo que tenía. Además, no sabía qué hacer. Le platiqué entonces a una amiga y ella me habló de unas pastillas que servían para abortar. No es que yo no quisiera al bebé, sino que en ese momento y en esa situación no podía tenerlo.

“Me dormí con las pastillas adentro y como a las tres de la mañana me desperté con fiebre y cólicos muy fuertes. Me llevaron a urgencias al Hospital General Regional de León. Ahí me hicieron un tacto y al momento de hacerlo se vinieron pedazos de las pastillas que aún no estaban deshechos. La doctora que hizo el tacto le habló a otra doctora, quien se acercó y al ver las pastillas empezó a decirme: ‘¿Estás loca o qué te pasa?’, y le dijo a la otra: ‘Quítate los guantes y vé a hablarle al Ministerio Público’.

“Cuando me puse más mal, me llevaron a los quirófanos y ahí todos los doctores me regañaban: ‘¿Por qué lo hiciste? Eso no lo hace una mujer. Tú no deberías haber nacido…’ Cuando el bebé nació, todos los doctores y practicantes se fueron para intentar salvarlo y a mí me dejaron con los pies hacia arriba. Los escuché decir que estaba vivo y que lo llevarían a bautizar sin mi permiso, pero murió casi enseguida. Después me hicieron el legrado. Un practicante le preguntó a la doctora que cuánta anestesia me ponía y ella contestó: No, así, sin anestesia. Fue un dolor horrible.

“Me decían los doctores que no podría irme hasta que viniera el Ministerio Público. Hice mi declaración y me dejaron ir, pero un mes después tocaron la puerta de mi casa y me llevaron al Ministerio Púbico. Me trasladaron después a la cárcel. Mis papás pagaron la fianza para que yo pudiera salir, pero de todos modos me dieron sentencia. Tardó cinco meses el proceso y me dieron nueve meses y medio de sentencia…” (Testimono recogido por Marcela Salas, en www.desinformemonos.org)

¡Libéranlas ya!, es el nombre de la campaña que exige la liberación inmediata de Araceli Camargo, Susana Dueñas, Yolanda Martínez, Ana Rosa Padrón, Ofelia Segura Frías y Liliana Morales Moreno, algunas de ellas indígenas, todas ellas tras las rejas con condenas superiores a los 25 años, acusadas de homicidio en razón de parentesco, en Guanajuato. Pero estas seis mujeres ni siquiera tuvieron en sus manos la decisión a la que cualquier mujer debería tener derecho en un país sin tanta cerrazón y mojigatería. Sus abortos fueron por razones naturales y en forma espontánea. ¡Libéranlas ya!