El uso de la fuerza debe estar precedido por medidas pacíficas, señala Gudiño Pelayo
Agentes violan derechos por falta de capacitación y resentimiento social: Wilfrido Robledo
Sábado 21 de agosto de 2010, p. 10
El caso Atenco hizo visible y notorio el precario estado normativo en que se encuentra el uso de la fuerza pública en el país
, y la ausencia de legislación da paso a que la fuerza pública sea ejercida irresponsablemente y lastra el avance hacia una cultura policial eficaz y profesional
, afirmó José de Jesús Gudiño Pelayo, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al participar en el Congreso Internacional: Uso de la Fuerza Pública en un estado Democrático de Derecho.
A la participación del ministro siguió la ponencia del vicealmirante Wilfrido Robledo Madrid, director de la Policía Federal Ministerial, quien dirigió la Agencia de Seguridad Estatal en mayo de 2006, cuando ocurrieron los hechos violentos en San Salvador Atenco, los cuales, según Gudiño Pelayo, concluyeron con el hecho de que nueve de cada 10 de los 200 detenidos fueron víctimas de abusos policiales, y 30 de las 50 mujeres capturadas víctimas de violencia física en partes de su cuerpo que permitían considerar sus lesiones como consecuencia de agresiones de tipo sexual
.
Gudiño Pelayo mencionó que, a pesar de que han transcurrido cuatro años de lo sucedido en Atenco, persiste un absoluto vacío normativo en materia de uso de la fuerza pública, pero, agregó, los actos de la policía están regidos, o más bien limitados, por el marco jurídico general de los derechos humanos
, y por tanto todo acto de fuerza está sujeto a no desembocar en tortura o excesos.
Expuso: El uso de la fuerza debe estar precedido por acciones que hayan resultado inexitosas, inútiles o ineficaces para el logro de los fines. La fuerza ha de considerarse necesaria, pues, cuando ya las alternativas que la excluyen fueron agotadas y no dieron resultados
.
En su oportunidad, Wilfrido Robledo afirmó que la comisión de violaciones a derechos humanos por agentes policiacos tiene entre sus principales causas la falta de capacitación, de cultura de respeto a los derechos humanos, resentimiento social y equipo insuficiente.
En su ponencia, El uso legítimo de la fuerza en un estado de derecho
, el director de la Policía Federal Ministerial aseveró que el estereotipo policial es el de un sujeto frío y calculador que no se altera; sin embargo, las emociones del policía afectan la percepción que éste tiene de la situación (a la que se enfrenta) y de la forma en que logrará su propósito
.
Refirió que cuando un policía no puede controlar sus emociones puede cometer excesos
. Por tanto, se debe considerar que están sujetos a gran estrés, que también los afecta en su desempeño, y por ello existe la necesidad de que haya programas de ayuda sicológica en los que también participe su familia.