Londres, 25 de agosto. El cadáver descompuesto de un presunto espía británico, insertado en un saco de artículos deportivos, fue encontrado por agentes de Scotland Yard en el baño de un lujoso departamento de esta capital, cerca de la sede del servicio de inteligencia en el extranjero, el MI6.

Los agentes policiales abrieron este lunes por la fuerza el departamento del hombre de unos 31 años identificado como Gareth Williams, quien tenía un puesto la especializada Central de Comunicaciones del Gobierno, ligada al MI6.

Las primeras apreciaciones de la policía determinaron que el cadáver tenía unas dos semanas de haber sido abandonado en el inmueble, donde estaban también su teléfono celular y varias tarjetas SIM, la memoria digital de identificación de usuarios, dispersas en el departamento que se encuentra en una lujosa zona de Londres, a orillas del río Támesis.

Ninguna entidad gubernamental confirmó la versión difundida por la prensa local de que Williams era un espía del gobierno, porque, de acuerdo con un despacho de la agencia británica Reuters que citó a una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores, es una antigua política del gobierno no confirmar ni negar que un individuo trabaje para las agencias de inteligencia.

De confirmarse que la muerte está relacionada con sus actividades de espionaje para este país involucrado en la ocupación de Afganistán –y hasta hace poco en Irak–, este sería el segundo caso en un lustro, en el que un espía es asesinado en Londres en circunstancias inciertas, luego que en 2006 fue envenenado el ex agente de la KGB, Alexander Litvinenko.

Apenas el 12 de julio pasado, el diario londinense The Guardian informó que dos presuntos espías rusos, Serguei Skripal e Igor Sutyagin, estaban presos en Londres, sometidos a interrogatorios por agentes del MI6, pese a que en Moscú están acusados de haber pasado información a Gran Bretaña y a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos sobre las actividades de inteligencia de Rusia.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos dio a conocer hoy que una agencia de espionaje extranjera, a la cual no identificó, encabezó en 2008 un ciberataque contra algunos sistemas computacionales del ejército estadunidense, de consecuencias desconocidas.