Santiago, 25 de agosto. Los 33 trabajadores atrapados en una mina de cobre en el norte de Chile desde el pasado día 5 saben ya que su rescate llevará tiempo, y aunque ignoran exactamente cuánto, esperan que sea lo más pronto posible, como se lo pidieron anoche al presidente Sebastián Piñera. Las autoridades alistan estrategias para prepararlos física y sicológicamente para los cuatro meses que se calcula estarán bajo tierra.

Hemos podido decirles más o menos que no van a poder ser rescatados antes de las fiestas patrias (18 de septiembre), y que esperamos estar con ellos antes de Navidad, dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich.

Después de la euforia producida por el rencuentro y el contacto del pasado domingo en la mina San José de Copiapó, es probable que los mineros enfrenten ahora depresión, angustia y decaimiento, y deberán ser tratados con fármacos, añadió el funcionario.

El ex astronauta de la NASA Jerry Linenger, quien sobrevivió al fuego y a condiciones de vida degradadas en la estación espacial rusa Mir, en 1997, destacó que el peor error que se puede cometer es prometer demasiado.

La clave es no decir que va a tomar dos meses cuando va a demorar cuatro, dijo Linenger, para quien el hecho de que los mineros hayan trabajado bajo dificultades, encontrando agua y racionando la poca comida que tenían, muestra que están en el camino correcto.

Las autoridades contemplan estrategias de apoyo físico y emocional. La primera etapa de este plan, explicó Mañalich, es la recuperación nutricional; los mineros recibieron licuados y otras bebidas, antes de que les suministren alimentos sólidos.

El programa ocupacional también incluye cantos, juegos con movimientos, naipes, dominó guiones de teatro, pero además es importante una comunicación directa con sus familiares, dijo el sicólogo clínico de la Universidad Central Claudio Barrales.

Los familiares intercambian cartas. Uno de los mineros prometió a su mujer que le comprará un vestido de novia y que se casarán por la iglesia tras 25 años de matrimonio civil.