Hace tres lustros Enrique Villaseñor hizo unas fotografías en un festival escolar a Deni (1982-2010), una amiguita de su familia que estaba en la Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral (Apac), ya que sufría ese trastorno, y se las regaló; Deni se puso feliz. Luego, Villaseñor le tomó fotos a otros niños, quienes también las recibieron con alegría. El fotógrafo se dio cuenta que sus retratos encantaban tanto a los papás como a los niños.

Enseñó sus primeras series a Carmelina Ortiz Monasterio, fundadora y entonces directora de Apac, quien le abrió las puertas de la fundación para trabajar allí. En días pasados, Villaseñor presentó Quiero decirte: reflexiones y testimonios en torno a la parálisis cerebral, libro y dvd que vinieron a complementar una exposición montada en el Centro de la Imagen (CI). El tomo fue posible gracias a los apoyos del Foro Iberoamericano de Fotografía, el CI, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Me fui enamorando del proyecto, dijo alguna vez Villaseñor, frase recogida por John Mraz en su presentación intitulada Fotografiar la otredad. Retrato tras retrato, Villaseñor encontró que el presente es un tema muy fácil de fotografiar, pero por fácil es peligroso. Uno toma una foto y es impresionante, iconográfica, impacta...

–¿Hay morbo?

–Claro, por lo normal así se hace. Entonces, trascender eso fue lo difícil, decir, ¿qué hay más allá de la figura de un niño con ese problema? Lo podría sintetizar en la sonrisa, el optimismo, el cariño y la gran alegría que tienen –parece mentira– por vivir. También la gran necesidad que tienen de que los tomes en cuenta. Eso, para ellos es valiosísimo, porque por lo general las personas los hacen a un lado, sienten temor, a veces los agreden o se burlan de ellos.

El sentir de Villaseñor se tradujo en fotografías. Con el tiempo el entrevistado se dio cuenta que “hay cosas que no puede decir la imagen, aunque se dice que ésta vale más que mil palabras. La fotografía es un lenguaje, y el periodismo también, pero multidisciplinario; entonces, el texto es relevante para mí. No quise hacer un proyecto esteticista ni un libro de arte. Es un proyecto eminentemente documental, quiero informar y sensibilizar al público sobre esta problemática de una manera sutil, que respete a los fotografiados.

Debo, inclusive, tener mucho cuidado. Tengo fotos dolorísimas que no las expongo porque nada más aportan dolor; en cambio hay otras en que apenas se alcanza a ver, pero que te dicen mucho más. Ese fue el gran reto.

A lo largo de muchos años, Villaseñor escribió conceptos y, luego, cada texto encontró su foto y cada foto encontró su texto. Acota: No sé qué sean, una especie de poemas, tal vez, pero representan lo que vi con fotos. Un ejemplo: “Quiero decirte... que aprendas a ver la luz de mi interior, que brilla pese a la oscuridad de los prejuicios... que antes que nada, no me veas como un enfermo... Lo mío no es una enfermedad: es una lesión física cerebral temprana, que no se contagia ni hereda... “

El también arquitecto se dio cuenta que no bastaban los textos, porque había mucha investigación documental, entonces decidió presentarla en la página web del proyecto, enriquevillasenor.com, con su link parálisis cerebral. Asimismo, allí se muestran los resultados del taller de fotografía que impartió en Apac.

No tardó en percatarse de la necesidad de un audiovisual que sintetiza las imágenes en su secuencia y te da el espíritu. Villaseñor, además, tuvo la fortuna de que un joven cantautor, Héctor García Hezgal, le haya compuesto la música y letra para acompañar el video.

Esta era la primera vez que el entrevistado exhibe el proyecto completo. Hace tiempo Pedro Meyer le publicó una exposición en su página Zonazero. También presentó varias imágenes en el Museo de Arte Moderno de Guandong, China, que ya forman parte de la colección permanente del recinto. En 2004 mandó obra de la serie al Concurso de Nuevo Periodismo Latinoamericano, auspiciado por Gabriel García Márquez, y su trabajo quedó como seleccionado oficial para el gran premio.

Villaseñor no sabe si seguirá con el tema, pero eso sí, tomará tiempo para terminar su doctorado en imagen y nuevas tecnologías en la Universidad Autónoma Metropolitana.