Oaxaca, Oax., 1º de septiembre. El establecimiento del programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD +) podría tardar hasta dos años, y hay países, como Brasil y Bolivia, donde su puesta en marcha se dificulta por las grandes extensiones de tierra y el gran número de localidades que abarca.

Este mecanismo que impulsan los gobiernos como parte de las negociaciones previas a la conferencia de las partes de cambio climático, que se celebrará en Cancún, es analizado en el Taller Gobernanza Forestal, Descentralización y REDD + en Latinoamerica y el Caribe que tiene lugar en esta ciudad.

El plan ha despertado escepticismo entre los expertos. Según David Bray, investigador de la Universidad de Florida, no todos los países pueden contar con un esquema de gobernanza como se ha planteado en el taller. En México la propiedad de la tierra comunal y las autoridades ejidales facilitan ese proceso, con lo que el país estaría un paso delante de otras naciones, pero existen zonas de la Amazonia, de Brasil y Bolivia, donde sería muy difícil, por la gran extensión de la tierra y el alto número de comunidades que habitan ahí.

Destacó que el REDD + no ha terminado de concretarse como programa de los gobiernos y que aún no tiene reglas claras; en este momento es, más bien, una aspiración que un programa consolidado. Hay mucha especulación sobre cuándo los gobiernos van a llegar a acuerdos. Las discusiones podrían seguir dos o tres años.

El experto en materia forestal consideró en entrevista que este programa, que busca dar valor a los bosques para la captura de carbono, debe tener un mercado claro y regulado. México, consideró, es complicado en varios sentidos. Aunque hay tala ilegal deforestación, los bosques comunitarios tienen el problema de ser avanzados en el manejo forestal por lo que no califican. Cientos de comunidades en México, bien manejadas, están un paso adelante.

Mencionó que los expertos dan cuenta de que hasta ahora sólo se han puesto en marcha 14 proyectos con los acuerdos del Protocolo de Kyoto, establecidos en 1997, lo cual, dijo, es un resultado pobre.

Por su parte, David Barkin, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana- Xochimilco, sostuvo que la deforestación es un problema serio: hay una enorme brecha entre las mejores intenciones y compromisos de las autoridades. Aseveró que el REDD parte de la idea de que el individuo es motivado a proteger los bosques por los ingresos, “pero existe una enorme historia a través de una acción política notable, y hoy día es reconocido que México tiene el área manejada por bosques en regímenes de propiedad comunal más grande del mundo.

El REDD + trata a la gente como capitalista, dueña de una cuenta de banco, y la pregunta es si pueden gastar los intereses de su cuenta para no destruir su patrimonio; ésta es la visión sustentable, agregó.