Medición multidimensional de la pobreza ultra-minimalista del PNUD
Con ella (casi) desaparece la pobreza de México y de América Latina
plicando la metodología del conteo con doble corte
desarrollado por Sabina Alkire y James Foster2, el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) decidió lanzar, en el Informe de Desarrollo Humano N° 20, correspondiente al 2010, el que podemos llamar IPAM (Índice de Pobreza Aguda Multidimensional) aplicado a 104 países ‘en desarrollo’, formulado por Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI, por su nombre en inglés) en consulta con la Oficina del Informe de Desarrollo Humano del PNUD (Nueva York). OPHI es encabezado por Sabina Alkire, quien escribió, con María Emma Santos, el documento clave al respecto (Acute Multidimensional Poverty: A New Index for Developing Countries, OPHI Working Paper N° 38, Julio de 2010), mismo en que me basaré para describir y evaluar críticamente este método.
A diferencia del planteamiento original de Alkire y Foster, el IPAM no incluye la dimensión de ingresos, por lo cual debe catalogarse como un método de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y no como método combinado (que además de la dimensión de NBI incluyen la de ingresos, y en el MMIP, Método de Medición Integrada de la Pobreza que desarrollé a principios de los años noventa, también la dimensión tiempo disponible).
El IPAM define tres dimensiones: salud; educación, y ‘estándar de vida’. Cada dimensión tiene el mismo ponderador al combinar todos los indicadores para la identificación de los hogares pobres: 1/3. A continuación enumero los indicadores de cada dimensión. Después de cada uno, entre paréntesis y cursivas, se indica el porcentaje de población carenciada en México. Salud (cada indicador tiene un ponderador de 1/6): 1. Mortalidad infantil, hay carencia en el hogar si ha habido una (o más) muertes infantiles (1.5%); 2. Nutrición, carencia del hogar si cualquier persona del hogar está ‘malnutrida’ (en rigor desnutrida, porque no incluyen obesidad) (0.7%). Educación (ambos indicadores tienen un peso de 1/6) 3. Años de escolaridad, carencia del hogar si ningún miembro del hogar ha completado 5 años de escolaridad (2.1%); 4. Matrícula infantil, carencia si hay algún niño de edad escolar no matriculado en grados 1 al 8 (1.5%). ‘Estándar de vida’: (6 indicadores cada uno con un peso de 1/18): 5. Electricidad (carencia) (0.6%). 6. Agua para beber, carencia si no cumple la definición de las Meta del Milenio (MM) o está a más de 30 minutos caminando. Alkire-Santos no citan dicha definición, supongo que por pudor; ésta es: “Se considera que un hogar tiene acceso al suministro de agua potable si dispone de la cantidad de agua suficiente para el uso familiar, a un precio asequible, disponible a todos los miembros del hogar sin que necesiten someterse a un esfuerzo extremo, especialmente las mujeres y los niños”. Como se aprecia, las autoras operacionalizan la definición de esfuerzo extremo (0.6%). 7. Saneamiento, si no cumple con la definición de las MM o el excusado es compartido. La definición aludida es: “Se considera que un hogar tiene acceso adecuado al saneamiento básico, si sus miembros disponen de un sistema de eliminación de los excrementos, ya sea en la forma de una letrina privada o de una letrina pública compartida con un número razonable de personas”. Como se aprecia, el IPAM es menos minimalista que las MM (2.1%). 8. Piso de la vivienda, se identifica como carencia si el piso es de tierra, arena o estiércol (sic) (2.2%). 9. Combustible para cocinar. Hay carencia si se cocina con madera, carbón o estiércol (2.8%). 10. Activos (en realidad bienes de consumo durables). Hay carencia si no poseen más de uno entre radio, tv, teléfono, bicicleta, motocicleta y, al parecer, automóvil, camión y refrigerador (2.2%).
El minimalismo de los umbrales fijados es extremo y se hace más evidente en los indicadores de educación, agua y saneamiento y bienes durables. En educación, un hogar de analfabetos deja de estar carenciado cuando un niño o niña termina el quinto grado3. En agua, no importa la forma de abastecimiento, sino sólo la cantidad suficiente y se toleran acarreos de agua hasta de media hora (en cada uno de los viajes necesarios). En bienes durables, es evidente que tener sólo 2 de la lista (y no ser carenciado) es insuficiente. Una forma de apreciar el minimalismo de los umbrales es observando que los niveles de carencia de cada indicador en México fluctúan entre 0.6% en electricidad y agua potable, hasta 2.8% en combustible para cocinar. Pero entre los de mayor peso, en educación y salud, van de 0.7% en nutrición hasta 2.1% en años de escolaridad.
Definidas las carencias en cada indicador, el criterio de pobreza es el siguiente: Son pobres los hogares y todos sus miembros que tengan el equivalente a 3 o más carencias estandarizadas, de un total posible de 10. Es decir, cuya suma de carencias (multiplicadas cada una por su ponderador) es mayor a 0.3 (o de 3.0 si se multiplica por 10). Por tanto, son pobres los que: a) tengan dos indicadores (o más) en carencia en salud o educación (ya que cada uno pesa 1/6, dos de ellos dan un tercio o 0.33); b) los que tengan todos los indicadores de nivel de vida en carencia (6 de 1/18 cada uno dan también 0.33); y c) los que tengan un indicador en carencia de salud o educación y 3 en ‘estándar de vida’. Con esto, a los criterios minimalistas en cada umbral se suma el criterio minimalista de número de carencias estandarizadas, lo que lleva a lo anunciado en el subtítulo de esta entrega: a casi desaparecer la pobreza de América Latina y, todavía de manera más clara en los países de Europa del Este (Véase gráfica).
México con 4% de pobres, Ecuador con 2.2% y Brasil con 8.5%, pueden encargar del minúsculo problema a la filantropía privada y dedicar los esfuerzos gubernamentales a otras causas. Mahbub ul Haq, creador del Informe de Desarrollo Humano, se revuelca en su tumba porque la institución que creó para mostrar una visión alternativa a la del Banco Mundial compite ahora con éste a ver quién minimiza más la pobreza mundial como se aprecia en la gráfica, y festeja con ello sus 20 años. En México podemos desmantelar la Sedeso, derogar la Ley General de Desarrollo Social y desaparecer al Coneval que nos engaña haciéndonos creer que casi hay 50 millones de pobres en México y no los 5 millones que OPHI-PNUD nos informan que hay en el país. En descargo de las autoras y de las instituciones que las respaldan, vaya el cinismo con el que afirman: que el “IPAM refleja “privaciones en servicios muy rudimentarios”.
1 Interrumpo la serie Pobreza y Persistencia del Campesinado
. La reanudaré a la brevedad posible.
2 Alkire S. y J. Foster, Counting and Multidimensional Poverty Measurement
, OPHI, Documento de trabajo N° 7.
3 Cínicamente justifican esta definición diciendo que se basa en la idea de alfabetismo efectivo de Basu y Foster que todos los miembros del hogar se benefician de las habilidades de la persona alfabeta del hogar (p.14). Deberíamos por tanto no desperdiciar recursos enviando a todos a la escuela: una persona por hogar bastaría.