Los presidentes de México, Felipe Calderón, y de El Salvador, Mauricio Funes, acordaron ayer la integración de un grupo de alto nivel sobre seguridad y justicia, para prevenir y sancionar la violencia que atenta contra la seguridad y la integridad de los migrantes, al ratificar su compromiso de seguir trabajando de manera conjunta en este tema.

Los dos jefes de Estado y sus comitivas dialogaron en la residencia oficial de Los Pinos por más de hora y media sobre la masacre de 72 migrantes registrada en San Fernando, Tamaulipas, a finales de agosto. Al terminar emitieron un mensaje. Funes Cartagena dijo que acepta las condolencias del gobierno mexicano y no lo responsabiliza de los hechos.

En un mea culpa, destacó que el Estado salvadoreño tiene responsabilidad en la matanza, porque no ha generado las condiciones de empleo y bienestar económico y social para su población, y ello ha obligado a que un tercio de los habitantes de su país busquen otro destino en Estados Unidos o Canadá.

Puntualizó que la intención de su visita es colocar el combate al crimen organizado en la agenda prioritaria de la comunidad internacional. El mundo no debe dejar solos a México y a Centroamérica en la batalla que libran contra la delincuencia, subrayó.

A su vez, Felipe Calderón reiteró su decisión de encontrar a todos los culpables del crimen de San Fernando y llevarlos ante la justicia. Se han realizado importantes avances en las investigaciones y no descansaremos hasta que todos los responsables paguen por su delito, puntualizó.

Hasta el momento, expuso, han sido capturados ocho presuntos participantes en la masacre y se ha constatado que seis más han perdido la vida. Además informó que ya han sido identificados los cuerpos de 13 salvadoreños.

Sobre el grupo de alto nivel entre México y El Salvador, explicó que estará encabezado por los titulares de las dependencias encargadas de la seguridad y procuración de justicia de ambos países.

Mauricio Funes se mostró complacido por el acuerdo de crear ese equipo de alto nivel, pues permitirá enfrentar conjuntamente dos problemas que aquejan a ambos países: la migración y el flagelo del crimen organizado, que están afectando no sólo a México sino a toda la región centroamericana.

 Funes recordó que tras la muerte de los 72 migrantes envió al presidente Felipe Calderón una carta en la que expresó su consternación por lo ocurrido y porque se trata de una clara provocación de la delincuencia al trabajo eficiente y exitoso que realiza el gobierno mexicano en su esfuerzo por combatir y desmontar la criminalidad.

México y Centroamérica, campo de una batalla mundial

Más adelante, el jefe de Estado salvadoreño informó que en el contexto del Sistema de Integración Centroamericana, los países de la región han comenzado a dar pasos positivos en dirección a una lucha conjunta, unificada contra la delincuencia, y pidió que México se sume a ese trabajo.

Queremos coordinarnos para llevar la voz de alerta y el llamado de atención sobre este problema a los foros internacionales, de tal manera que se perciba que tenemos posturas comunes respecto a temas que nos afectan de la misma manera, explicó.

Es importante, agregó, que sensibilicemos a la comunidad internacional acerca de que México y Centroamérica es el campo de una batalla mundial y el territorio donde se están realizando los más grandes esfuerzos, con el costo de vidas humanas que esto implica.

Sin embargo, aclaró que busca establecer una estrategia conjunta entre México y Centroamérica, bajo el entendido de que nosotros sabemos qué hay que hacer y cómo debemos hacerlo, pero necesitamos que nos ayuden y que se comprometan con nuestra lucha.

Calderón reiteró su repudio a la matanza y sus condolencias a los familiares de las víctimas. Se refirió al programa gubernamental dado a conocer recientemente para prevenir y sancionar la violencia contra los migrantes, y destacó que en su diálogo con Mauricio Funes coincidieron en intensificar los esquemas de cooperación y de trabajo conjunto en el combate a las organizaciones criminales que actúan en ambos países.

También dijo que conversaron sobre la necesidad de alcanzar mayores índices de crecimiento económico y desarrollo, por lo que ratificaron su interés de consolidar los tratados comerciales de México con la región y respaldar el Proyecto Mesoamericano.