Gobernadores de bancos centrales definieron mejoras al sistema en Basilea, Suiza
Lunes 13 de septiembre de 2010, p. 27
El Grupo de Gobernadores de Bancos Centrales y Supervisores del Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria logró ayer domingo en Basilea, Suiza, un acuerdo significativo para mejorar la regulación del sistema financiero internacional. Los bancos deberán triplicar a 7 por ciento la cantidad de capital de calidad que deben tener para enfrentar turbulencias financieras a futuro. Adicionalmente deberán mantener una tasa mínima de capital estructural de calidad, de 4.5 por ciento, comparado con el actual 2 por ciento.
Los bancos también tendrán que formar una nueva reserva de conservación de capital de 2.5 por ciento, además del capital estructural, el cual estará formado por acciones comunes. Otra reserva contracíclica será obligatoria de cero a 2.5 por ciento para cuando surjan condiciones de expansión crediticia excesiva.
La aplicación de las reglas de nuevo capital estructural comenzará en enero de 2013 y estarán plenamente en vigor en enero de 2015, mientras la reserva de conservación de capital se introducirá paulatinamente desde enero de 2016 hasta enero de 2019.
Aumentan las cargas de capital
Por México participaron el gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Carstens Carstens, y el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Guillermo Babatz Torres. El nuevo acuerdo mejora sustancialmente el de Basilea II, en términos de fortalecer los sistemas financieros nacionales y de esa forma prevenir la recurrencia de crisis financieras internacionales como la recientemente padecida.
Los cambios en el marco regulatorio internacional incrementarán las cargas de capital para los bancos, exigirán que dicho capital tenga capacidad real para absorber pérdidas y promoverán una estructura de fondeo de los bancos más sólida y resistente ante la volatilidad de los mercados, destacaron el BdeM y la CNBV en un comunicado conjunto.
Para el caso de México el nuevo acuerdo no representa cambios tan profundos como los que tendrán que afrontar bancos de otros países. Lo anterior debido a que, luego de la crisis financiera en México de 1994-1995, se instauró un marco regulatorio sumamente exigente en materia de capitalización, tanto por los montos de capital requerido como por la calidad exigida para dicho capital.
Por ello los bancos que operan en el país no tendrán que realizar esfuerzos extraordinarios para cumplir con los nuevos parámetros regulatorios. También por eso estas las instituciones de crédito podrán satisfacer las nuevas exigencias antes de que termine el periodo de transición internacional, que abarca hasta 2019.
De esta manera se busca simultáneamente el fortalecimiento del sistema financiero y la consolidación de la recuperación económica internacional. Entre las principales medidas acordadas resaltan las dirigidas a incrementar la calidad y cantidad del capital bancario. El requerimiento mínimo para capital fundamental, que representa el concepto con mayor capacidad para absorber las pérdidas y se integra por el capital accionario y utilidades retenidas, será incrementado de su nivel actual de 2 a 4.5 por ciento (incluyendo ajustes más estrictos para su cálculo).
El Grupo de Gobernadores y Supervisores también acordó la constitución de un amortiguador adicional de capital para asegurar que los bancos puedan mantener su capacidad de absorber pérdidas en periodos de turbulencias financieras y económicas.
Así, las decisiones tomadas en el pasado en México en materia de capitalización bancaria fueron apropiadas, pues permitieron que las instituciones de crédito que operan en territorio nacional no se contaminaran por el deterioro de los sistemas bancarios externos. Esto lo confirma el hecho de que el nuevo marco regulatorio global se aproxima al aplicado en México, señala el comunicado.