La conmemoracion del 163 aniversario de la gesta de los Niños Héroes de Chapultepec fue el escenario para un nuevo llamado presidencial a la unidad.

Al evocar la invasión del país por el ejército de Estados Unidos –una agresión motivada por intereses claramente imperialistas– el presidente Felipe Calderón sostuvo que los enemigos del país podrán variar, pero lo que no cambia es la imperiosa necesidad de estar unidos para enfrentarlos y superarlos.

El mandatario habló del impacto negativo que le ha acarreado a México la desunión y de los beneficios logrados por la unidad: Cuando nos unimos conquistamos nuestra independencia; cuando nos dividimos perdimos la mitad de nuestro territorio; cuando nos unimos ganamos una revolución, cuyos frutos llegan hasta ahora. Sólo unidos prosperamos, esa es la gran lección de nuestra historia.

En el Altar a la Patria y ante los priístas que lideran el Congreso de la Unión: el senador Manlio Fabio Beltrones y el diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, el mandatario recordó hechos históricos que dieron cuenta de la división con la que México enfrentó la invasión estadunidense, en la que, incluso, citó la pasividad del general Antonio López de Santa Anna, quien sólo observó el paso de las tropas invasoras, mientras otro contingente del ejército los combatió.

Durante la ceremonia, Calderón hizo entrega de reconocimiento a deudos de militares muertos en servicio recientemente. Sin aludir a la lucha contra el narcotráfico, el presidente entregó una bandera nacional a cada uno de los familiares que acudieron a la ceremonia.

En su discurso combinó las evocaciones históricas con el mensaje político sobre la realidad nacional de nuestros días. “En aquella invasión hubo estados –citó a Melchor Ocampo– que se desentendieron de la guerra y no aportaron hombres o dinero por mezquinas pasiones”.

En medio de un importante despliegue de seguridad militar, incluida la colocación de soldados en azoteas de edificios aledaños al Monumento a los Niños Héroes, Calderón retomó la muerte de los cadetes en 1847 para aludir a la condición de la juventud en la actualidad. Tenemos el deber y el compromiso de generar las condiciones que permitan a nuestros jóvenes prepararse, dar lo mejor de sí.

Durante su discurso insistente sobre la unidad, hizo mención a la necesidad de que todos los actores económicos, políticos y sociales participen en el enfrentamiento a los desafíos del país para lograr el desarrollo nacional.

La patria exige altura de miras, generosidad indispensable para construir unidos un México más seguro, más equitativo, más fuerte, más limpio, más próspero, más democrático, sostuvo Felipe Calderón.

Ya en plena arenga, el presidente dijo que como sucedió en 1847, cuando la patria llamó a los jóvenes a protegerla, en los tiempos actuales nos exige construirla con base en nuestros ideales de libertad, justicia, igualdad y democracia, porque el país está en trance perpetuo de edificación, porque la nuestra es una patria en construcción.