Con el aval de todas las fuerzas políticas, el Senado demandó a la Secretaría de Gobernación que reclasifique la película El infierno, del cineasta Luis Estrada, con la finalidad de ampliar el rango de su potencial audiencia.

En la sesión de ayer ya no hubo debate, debido a que la discusión se dio la semana pasada, sólo que no se votó el acuerdo por falta de quórum y fue hasta este martes que se concretó el llamado al titular de Gobernación, José Francisco Blake, a fin de que la cinta pase de clasificación C a B.

Se trata de una propuesta formulada por los senadores del PRD, María Rojo y Carlos Sotelo; la priísta Rosario Green, y el coordinador del PT, Ricardo Monreal. En la misma argumentan que la clasificación C para ese filme representa una forma de censura disfrazada.

Señalan, asimismo, que si bien El infierno trata temas delicados para el gobierno federal, entre ellos los escasos resultados en el combate contra la delincuencia organizada, sus saldos sangrientos y una estrategia fallida, es un retrato vivo de la realidad de violencia y corrupción que impera en el país.

El infierno narra la vida de El Benny, indocumentado deportado de Estados Unidos que, sin otras opciones para ayudar a su familia, se involucra en el narco, en el que vive una fugaz prosperidad, pero al final tiene un destino fatal.

La película no inventa nada, simplemente refleja los hechos de una realidad que muestran cada día los medios escritos y electrónicos, ante los ojos de toda la población, no sólo de los adultos. El director se inspiró en el cine de Cohen, de Quentin Tarantino, Francis Coppola y el resultado es fascinante y aterrador.

Advierten que no es la primera vez que se censura a Estrada, quien también tuvo problemas con La ley de Herodes, cinta que comenzó a exhibirse de manera precipitada, con nula promoción y en malas condiciones técnicas, en salas de la capital, sin la autorización del director.

La maniobra fue atribuida al interés de las autoridades de alejar su proyección lo más posible de las elecciones de julio de 2000, porque la cinta narra la corrupción de un alcalde de ficción, miembro del entonces gobernante PRI.

Los legisladores advierten que el hecho de que la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía haya clasificado a El infierno en el nivel C, que es sólo para mayores de 18 años, restringe enormemente su público potencial y por ello demandan al titular de Gobernación que el filme pueda ser visto por adolescentes y adultos, toda vez que puede ser un medio para sensibilizar y concientizar a los jóvenes sobre las consecuencias y los riesgos de incursionar en actividades del narcotráfico.

De nada sirve, advirtieron, que el sector público e inversionistas privados unan esfuerzos y se arriesguen a hacer cine mexicano, si al momento de competir con los gigantes –las grandes producciones estadunidenses– deben enfrentar la censura simulada del propio gobierno, como contrincante adicional a vencer.

Durante la sesión de ayer la senadora María Rojo propuso reformas al artículo 226 de la Ley del Impuesto sobre la Renta a fin de otorgar un estímulo fiscal a las producciones de teatro nacionales.

Explicó que el monto total del estímulo a distribuir no excederá de 50 millones de pesos por cada ejercicio fiscal ni de 2 millones de pesos por cada apoyo y proyecto de inversión en la producción nacional.

Para que el teatro adquiera fortaleza y pueda llegar a financiarse a sí mismo requiere de apoyos para llegar al público, recalcó la legisladora.