Fallujah, 17 de septiembre. En una acción cívica sin precedentes en esta ciudad que fue base de la resistencia iraquí a la invasión estadunidense, entre 2003 y 2004, unas 3 mil personas salieron hoy a las calles para protestar contra la ocupación extranjera, dos días después de que tropas de Washington allanaron espacios públicos y privados para someter a presuntos insurgentes, con saldo de ocho muertos.

Muerte a los invasores, gritaron los manifestantes, entre ellos varios clérigos sunitas, que acusan a las tropas estadunidenses de cometer crímenes con el apoyo de soldados del ejército gubernamental iraquí.

Los manifestantes aprovecharon la concurrencia a los templos musulmanes en el tradicional día de oración de esta confesión religiosa. La marcha por calles céntricas fue organizada por sunitas, que son mayoría en esta región a unos 60 kilómetros de Bagdad, con apoyo de varios miembros del consejo municipal.

La protesta ocurrió menos de un mes después de que Estados Unidos declaró el fin de las operaciones ofensivas y retiró a las llamadas tropas de combate, dejando en su lugar a cerca de 50 mil uniformados en el país, en calidad de asesores.

Líderes de los partidos políticos iraquíes no han logrado acuerdos para la formación de gobierno, luego de seis meses de celebrados comicios para elegir diputados, que en el sistema parlamentario son responsables de activar la nueva administración.

El estancamiento político fue originado por el virtual empate electoral entre el partido Iraqiya, del ex jefe de gobierno sunita Iyad Allawi, y la coalición de fuerzas chiítas Estado de Derecho. Ninguna de las partes en contienda obtuvieron las sillas parlamentarias suficientes para tener mayoría y ser llamados a asumir la administración pública.

A consecuencia del impasse, el nuevo Parlamento de 325 miembros sólo ha convocado a una sesión, que se mantuvo apenas durante 20 minutos.

El otro país asiático ocupado por Estados Unidos, Afganistán, tenía previsto celebrar elecciones parlamentarias este sábado, pero las autoridades locales se enfrentaron al desafío planteado por los talibanes de sabotear el proceso, así como evitar actos fraudulentos y retrasos en el conteo de los votos, como sucedió en la jornada que permitió la relección de Hamid Karzai, el año pasado.

La Comisión Electoral Independiente informó que uno de cada seis centros de votación no será abierto en los sitios programados, para eludir las amenazas de atentados del talibán, la fuerza político-militar derrocada con la invasión de 2001.

Hoy, las autoridades centrales confirmaron el secuestro de unas 20 personas, entre ellas dos candidatos, en las provincias de Laghman, Herat y Badghis.