Buenos Aires, 18 de septiembre Organismos humanitarios y de solidaridad con Cuba consideraron como un acto justo que el canciller Héctor Timerman, recibiera a Mirta Rodríguez, madre de Antonio Guerrero, uno de los cinco cubanos prisioneros en Estados Unidos desde 1998. Rodríguez estuvo acompañada de la abogada de los cinco cubanos, Nuri Piñero, y ambas participaron en eventos donde recibieron la solidaridad de sectores sociales, políticos e intelectuales del país. Timerman reafirmó "la tradicional posición argentina en materia de promoción y protección los derechos humanos".

Rodríguez y Piñero fueron recibidas en varios actos de solidaridad, incluyendo un Congreso regional, al que asistieron representantes de Uruguay, Paraguay, Chile y Brasil realizado en esta capital donde se planteó aumentar las actividades internacionales y locales para demandar la libertad de los prisioneros, a los que consideraron como rehenes de Washington, bajo presión de los sectores más ultraderechistas de Estados Unidos y del poderoso lobby de los grupos anticastristas de Miami.

También se denunció la evidente doble moral del gobierno de Estados Unidos, que mantiene en libertad a terroristas como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y otros, autores de asesinatos y atentados criminales en toda América Latina.

El dirigente del Partido Comunista Argentino, Patricio Echegaray denunció que existe un evidente manejo político por parte del gobierno estadunidense que sabe muy bien que los ahora prisioneros nunca actuaron contra ese país sino que intentaron detener la mano del terrorismo contra Cuba, que se cobró víctimas nuevamente en los años 90, como antes ya habían dejado muerte y desolación en la isla.

Por otra parte, dos grandes marchas se realizaron hoy en esta Capital y en La Plata provincia de Buenos Aires, exigiendo la aparición con vida de Jorge Julio López, sobreviviente de la pasada dictadura militar y testigo en una causa clave para condenar a responsables de delitos de lesa humanidad ,que fue secuestrado el 18 de setiembre de 2006.

Ese mismo día, López debía exponer los alegatos de la querella en el juicio contra el ex comisario Miguel Etchecolatz, quien fue condenado a cadena perpetua.

El caso López es parte de la dura lucha que libran desde las sombras los ex militares y policías que participaron en crímenes de lesa humanidad, y que en estos días se dedican a pintar las paredes de los ex centros clandestinos de detención recuperados como lugares de la memoria, en momentos en que se realizan juicios a lo largo de todo el país para terminar definitivamente con la impunidad.