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Contradice el área de Comunicación la versión emitida por García Luna el 31 de julio

Acepta la SSP que no rescató a los reporteros plagiados en Durango

Nunca se dijo que habían sido encontrados dentro de la casa, afirma la dependencia

 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de septiembre de 2010, p. 5

Efectivamente, los reporteros Alejandro Hernández Pacheco y Javier Canales estaban solos, corriendo, cuando fueron localizados. Nunca se dijo que habían sido encontrados dentro de la casa el 31 de julio pasado, cuando la Policía Federal anunció su rescate en conferencia de prensa, reconocieron funcionarios de la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.

Insistieron: “hubo un operativo de búsqueda que abarcó varias colonias. Pero no se tenía la ubicación exacta de la casa donde los tenían cautivos. Durante el rastreo, los agentes se encontraron con los informadores, a unas calles de donde los tuvieron secuestrados”.

A decir de Alejandro Hernández, él y Canales llegaron hasta los agentes federales luego de ser liberados por sus captores en un lote baldío, a varias calles de distancia de la casa donde permanecieron privados de su libertad, y que éstos les ordenaron que corrieran varias calles, hasta donde estaban los policías, porque ellos los iban a ayudar.

Las declaraciones de los funcionarios de la SSP, en el sentido de que los comunicadores estaban solos, se dan 48 días después de que esa dependencia anunció en conferencia de prensa, realizada en el Centro de Mando de la Policía Federal, en la ciudad de México, que había rescatado a los informadores.

Ese 31 de julio, Genaro García Luna dio lectura al comunicado 442 en donde se menciona textualmente: “al percatarse de la presencia de elementos de la Policía Federal en los alrededores de la casa de seguridad, los plagiarios huyeron, terminando así el cautiverio de los reporteros Javier Canales Fernández (de Multimedios Torreón) y Alejandro Hernández Pacheco (de Televisa Torreón).

La unidad de operaciones, privilegiando la vida de las víctimas, asistió de manera inmediata a los reporteros. Una vez que éstos estuvieron bajo el resguardo, la unidad especial de operaciones intervino la casa de seguridad, ubicada en las calles de Invierno y Fresno de la colonia Miguel de la Madrid, en Gómez Palacio, Durango, donde previamente habían mantenido en cautiverio a los reporteros.

Durante el encuentro con reporteros hubo sesión de preguntas y respuestas; ahí el titular de la SSP federal, Genaro García Luna, respondió varios cuestionamientos, entre ellos, uno en el que se le inquirió si la liberación de los comunicadores había sido producto de una negociación.

El funcionario respondió: “el día de hoy, con elementos ya de más avance en términos de inteligencia y de operación, se cierra este operativo, donde en torno a la casa de seguridad cuando llegó la Policía Federal cuidando a las víctimas, que era el objetivo número uno, se hizo un esquema donde se privilegia que no hagan daño a las víctimas.

En ese sentido, cuando llega la Policía Federal se acordonó el área donde estaba la casa de seguridad, se localiza a los compañeros reporteros y como primer objetivo se da seguridad a ellos, el resguardo, para que no fueran blanco de disparos o de alguna agresión. Ya estando seguros, las unidades de operación entran a la casa de seguridad y estaba vacía.

Luego se le preguntó si había más reporteros en cautiverio y si Javier Canales y Alejandro Hernández habían sido maltratados física y sicológicamente.

Tras comentar que dos de los cuatro comunicadores plagiados el 26 de julio en inmediaciones del Centro de Readaptación Social número 2 de Gómez Palacio, Durango, habían sido liberados antes del 31 de julio, García Luna comentó: ellos (Hernández y Canales) fueron los últimos en estar en la casa de seguridad.

El pasado jueves, en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, el camarógrafo Alejandro Hernández –quien solicitó asilo a Estados Unidos– narró cómo los liberaron sus captores y que después de correr varios minutos llegaron con los agentes, y les dieron datos que permitieron a los policías identificar una de las casas en las que habían estado secuestrados y habían sido golpeados.