Aunque el gobierno repite con insistencia que su estrategia de guerra contra las drogas es la única alternativa para resolver el problema, la realidad es que esta lucha es imposible de ganar porque el consumo de dichas sustancias nunca va a desaparecer por completo, y el costo de violencia que genera es demasiado alto.

Por ello, es urgente cambiar el actual modelo punitivo y optar por la prevención, la mitigación del daño y el tratamiento a los adictos, coincidieron los analistas Juan Machín y Jorge Hernández durante la presentación de la Guía sobre políticas de drogas, realizada el pasado martes en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Machín, director del Centro Cáritas de Formación contra las Farmacodependencias y Situaciones Críticas Asociadas AC (Cafac), afirmó que aunque el consumo de drogas sí representa un problema, se le ha magnificado para ocultar otras situaciones sociales aún más graves.

El gobierno nos ha hecho vivir en un estado de excepción, en el que se violan los derechos humanos de la gente, al tiempo que se descartan otras opciones, como la legalización de algunas sustancias, lamentó Machín.

Por su parte, Jorge Hernández Tinajero, presidente del Colectivo por una Política Integral Hacia las Drogas (Cupihd), resaltó que el libro –escrito por diversos expertos del International Drug Policy Consortium (IDPC)– deja claros dos puntos fundamentales: las políticas represivas no funcionan y generan graves consecuencias negativas, y por ende es mejor optar por la reducción de daños.

El libro puede ser consultado en la página electrónica de la IDPC: www.idpc.net.es.