La publicación es el catálogo de la exposición homónima del artista juchiteco
Lunes 20 de septiembre de 2010, p. a15
El Centro de Cultura Casa Lamm emprendió un nuevo proyecto editorial con la publicación de La Patria: Demián Flores (Grupo Gráfico Romo), no sólo catálogo de la exposición homónima del artista juchiteco abierta en el recinto de Álvaro Obregón 99, colonia Roma, sino también un recorrido por más de tres lustros de su quehacer artístico.
El grueso volumen bilingüe (español/francés), de 281 páginas, comprende una presentación de la crítica de arte Germaine Gómez Haro, directora de Promoción y Difusión Cultural de Casa Lamm; el texto Demián Flores, el artista antropófago, de la crítica francesa Christine Frérot, que trata de la exposición, y Demián Flores, el collage de la identidad, del curador y crítico Fernando Gálvez de Aguinaga, una vista general a la obra del artista. El libro fue traducido porque la muestra viajará a Francia, ya que esa nación dedicará 2011 a México.
Para Gómez Haro, el interés principal de Flores se centra en la deconstrucción de la imagen y la decodificación de la realidad actual, a partir de un discurso transdisciplinario en torno al problema de la identidad, la memoria y la hibridación de la tradición antigua y la modernidad
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Gómez Haro continúa: Con mirada plenamente crítica y espíritu mordaz, Demián Flores plantea la convivencia y el sincretismo de ambas tradiciones a partir de yuxtaposiciones formales y conceptuales que funcionan como palimpsestos en los que el espectador descubre la coexistencia y simultaneidad de diversas realidades, siendo ésta una característica de la posmodernidad, y más aun, de nuestro siglo XXI, marcado por la globalización
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Al referirse a La Curtiduría, centro cultural fundado por Flores, Gálvez de Aguinaga señala: “Con esta apuesta de desarrollar un espacio para la expresión y difusión artística, Demián Flores demuestra que es él quien ha entendido mejor las enseñanzas del maestro Francisco Toledo. Es decir, cuando el éxito llega y se afianza la posición de un artista en el panorama cultural de México –lo mismo que su situación económica– es momento de compartir los logros con la comunidad; es preciso socializar una parte de la riqueza, en un país donde las grandes mayorías no tienen recursos y, por tanto, tampoco acceso a los bienes y actividades culturales.
Por otro lado, seguir la ruta toledana es también una forma de posicionarse como referente dentro de la región; es la manera más noble de autopromocionarse, al generar un foro para las expresiones de los otros y generar la imagen de ser anfitrión de la clase cultural y servidor desinteresando del pueblo ávido de formarse y educarse o, simplemente, recrearse.
Gálvez de Aguinaga anota que a lo largo de su trayectoria Flores no ha parado de participar en proyectos culturales de diversa índole; ha ilustrado revistas y portadas de libros, ha impulsado ediciones de arte o recopilaciones de poesía, ha generado talleres de grabado y carpetas gráficas en beneficio de causas sociales o proyectos artísticos
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Tras afirmar que el artista es antropófago
, Frérot reitera que el proceso creativo de Flores consiste en “desviar, reinterpretar y reactualizar –aunque de manera fiel en cuanto a lo esencial de sus atributos– un icono emblemático cargado de sentido y de símbolo: la alegoría femenina de la patria.
“Abriendo su imaginario a tiempos y espacios a la vez lejanos y cercanos, el artista perpetua, sin embargo, el uso de los códigos habituales conservando una saludable libertad creativa.
“Busca nuevas fuentes, elabora nuevas imágenes, inventa una estética portadora de sentido, a fin de instaurar un discurso a la vez cultural y político.
“Si como afirma Adorno ‘el arte (es) una escritura de la historia’, entonces podemos preguntarnos si artistas como Demián Flores ‘reconstruyen’, a su vez, la historia, y si tienen influencia sobre ella.”