San Sebastián, 19 de septiembre. Como anunció Mikel Olaciregui, director del festival de San Sebastián, esta 58 edición es sobre todo variada. Y en esta tercera jornada, el cineasta chileno Raúl Ruiz introduce un nuevo género en la carrera por la Concha de Oro con su filme Misterios de Lisboa.

Esta producción portuguesa, de cuatro horas y media de duración, cuenta, a modo de folletín, un remolino de sentimientos entre los que se alternan venganza y pasión, intrigas y amoríos, en un viaje trepidante que salta de Portugal a Francia, Italia y Basil.

El hilo conductor de esta película coral, enmarcada en el siglo XIX, gira en torno al destino del huérfano Pedro da Silva (José Alfonso Pimentel), que se cruza con el de un próspero empresario y una condesa corroída por los celos.

La cinta, de algún modo, es para Ruiz una manera de rencontrarse con sus primeros trabajos, que se forjaron en el mundo de la telenovela mexicana. De ahí que el cineasta reivindique la estructura folletinesca, pues permite hacer dos películas paralelas: la que se ve y la que se divisa.

Estilo narrativo que huye de la línea recta

El veterano director de Llimt, Palomita blanca o Fado mayor y menor, por nombrar algunos de sus más de cien títulos, recibió el Oso de Oro a su trayectoria profesional en la Berlinale de 1997 y se caracteriza por un cine considerado difícil, con un estilo narrativo que huye de la línea recta. Lo bueno del folletín es que es como Robin Hood, lanza millones de flechas en todas las direcciones.

Afincado en Francia desde el golpe de Estado de Pinochet (1973), y tras operarse de un cáncer hepático a finales de marzo, Ruiz afirmó con ironía que volverá a Chile cuando su tiempo, Dios y el doctor se lo permitan, que será en noviembre. Y, con amargura, recordó durante la rueda de prensa que la dictadura (pinochetista) es también una infección, y se contagiaron muchos.

Misterios de Lisboa se basa en la novela homónima del escritor portugués Camilo Castelo Branco, de la cual también saldrá una serie de seis capítulos que compartirá algunas secuencias del filme.

Ruiz afirmó que no le preocupa la comercialización del filme. La ventaja de que sean (casi) cuatro horas y media es que uno ya está seguro de que no va a tener multitudes, y eso siempre es agradable, bromeó.

Por otro lado, en una jornada marcada por el emotivo estreno del documental Bicicleta, cuchara, manzana, sobre la lucha contra el Alzheimer del ex alcalde de Barcelona y ex presidente de Cataluña Pasqual Maragall, se presentó también el nuevo trabajo del escocés Peter Mullan, Neds.

En Neds (no educados y delincuentes), el director de Orphans y The Magdalene Sisters retrocede al Glasgow de los años 70 para contar la historia de John McGill (Connor McCarron), adolescente que intenta huir de un entorno con pocas expectativas –un padre borracho y un hermano gamberro– y se convierte en un aplicado estudiante.

La llegada de las vacaciones de verano marca el punto de inflexión en el que John pasa de víctima a verdugo, al unirse a una pandilla de chicos malos que roban y se pelean a punta de navaja. Para el carismático actor de Mi nombre es Joe, la violencia está institucionalizada en la sociedad británica, y casos de brutales peleas como las de estos Neds llegan en un goteo constante cada cierto tiempo a los titulares.

Roberts y Bardem

La actriz estadunidense Julia Roberts llegó hoy a esta ciudad del norte de España, donde mañana recibirá el premio Donostia en reconocimiento a su trayectoria profesional y presentará su más reciente película, Come, reza, ama, de Ryan Murphy. Al mismo tiempo, el actor español Javier Bardem, con quien comparte créditos en la película, arribó al hotel María Cristina e incluso cruzó la calle para saludar a sus admiradores.

Los dos actores, ella de vestido azul plomo y él de pantalón negro, playera oscura y chamarra casual, se encontraron en esa llegada y compartieron sonrisas y saludos a sus fans. Roberts presentará la cinta junto con Bardem, Richard Jenkins y el realizador. Se exhibirá en la Sección Oficial, fuera de competencia.