Miércoles 22 de septiembre de 2010, p. 35
Washington. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) se dedicó a espiar sin motivos a grupos activistas como Greenpeace o el defensor de los derechos de los animales (PETA), debido a sospechas de terrorismo
tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. La noticia sobre este espionaje, que se prolongó hasta 2006, proporcionada por el Departamento de Justicia, causó duras críticas de los defensores estadunidenses de los derechos civiles.