Viernes 24 de septiembre de 2010, p. 33
Boca del Río, Ver., 23 de septiembre. ¡Váyanse! ¡Váyanse! ¡Viene el agua otra vez!
, gritó el conductor de una camioneta en la cual subían varias mujeres y niños con cara de terror; el aviso generó una estampida humana sobre la calle Graciano Sánchez, en la populosa colonia Carranza de este municipio cercano al río Jamapa.
Por minutos fue el caos: eran las 16:45 horas cuando los damnificados de esta colonia, que se habían formado durante horas en uno de los 55 módulos instalados en el municipio para ser registrados en el censo que la Secretaría de Desarrollo Social y el ayuntamiento dispusieron para el recuento de daños, oyeron la alarma y en segundos disolvieron la fila y fueron presas de la desesperación.
Todos los automovilistas que venían de la zona norponiente a la calle Graciano Sánchez, la mayoría en camionetas que trasladaban vecinos y algunas pertenencias, gritaban y gesticulaban con las manos para avisar que salieran porque viene el agua
.
Las escenas fueron conmovedoras: mujeres llorando, niños asustados, hombres desesperados. La mayoría de quienes conducían camionetas se detenían a recoger a mujeres y hombres mayores. Los gritos y el llanto se sucedieron por minutos en la más absoluta confusión.
A los boqueños de la Carranza, una de las colonias populares, junto con la Miguel Alemán, más castigadas por la crecida del Jamapa, el recuerdo del agua que en menos de 30 minutos inundó hasta dos metros sus casas hace una semana les revivió el terror.
Ulular de sirenas y vehículos en sentido contrario, con automovilistas histéricos, fue el panorama por minutos. Luego policías a bordo de sus patrullas gritaban a las personas que mantuvieran la calma: ¡es mentira, es mentira! ¡Cálmense!
El reporte oficial fue que se vigila constantemente el nivel de los ríos y es imposible
que el Jamapa vuelva a desbordar como hace una semana, dijo a una estación de radio local Antonio Rergis, de Protección Civil estatal.