tragediamayúscula en Oaxaca
Ulises Ruiz informó que por lo menos serían 600 muertos y entre 200 y 300 casas sepultadas
Agentes federales y locales buscan a ocho niños y tres adultos desaparecidos
Miércoles 29 de septiembre de 2010, p. 2
Oaxaca, Oax., 28 de septiembre. Cuatro viviendas sepultadas y 11 desaparecidos –de los cuales ocho son niños y tres adultos, y a quienes se sigue buscando– era hasta esta noche el balance oficial por el deslave de un cerro en Santa María Tlahuitoltepec, en la sierra mixe de Oaxaca.
Acompañado por el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, desmintió las versiones de una gran tragedia que corrieron durante la mayor parte del día.
Explicó que al tener conocimiento del desgajamiento ocurrido en la madrugada del martes, se desplegó el Plan de Protección Civil, por lo que se movilizaron elementos de las secretarías de Defensa Nacional, Marina y Comunicaciones y Transportes, así como de Protección Civil, Comisión Federal de Electricidad, Pemex, Policía Federal y estatal, además de brigadas de salud del estado y rescatistas de la Cruz Roja; la mayoría de éstos regresaron a sus lugares de origen y quedaron 462 personas trabajando en la zona de desastre.
Blake Mora asentó que fue imposible acceder por vía aérea a la zona, por lo que los rescatistas se trasladaron por tierra y caminaron hasta llegar a dicha cabecera municipal. En conferencia de prensa en el aeropuerto de esta ciudad, puntualizó que el deslave fue de 200 metros de largo por 60 de ancho.
Respecto a los desaparecidos, apuntó que no quiere especular si están con vida; hay 100 elementos de Protección Civil del estado trabajando. Los riesgos siguen latentes, sobre todo en laderas y sierras, por lo que la gente debe tomar precauciones ante los posibles desgajamientos; hasta el momento se continúan cuantificando los daños por las crecientes de los ríos
.
Testimonios
en noticiarios
Los primeros reportes dados a conocer por el gobernador Ulises Ruiz –antes de las nueve de la mañana– indicaban que la magnitud del desastre era mucho mayor: se habló del deslizamiento de una franja de tierra de unos 200 metros lineales y un kilómetro de largo que había enterrado entre 200 y 300 viviendas, y que cientos de personas estaban desaparecidas, pues el accidente ocurrió la madrugada del martes, mientras los pobladores dormían.
Noticiarios de radio transmitieron testimonios
, como el de Juan Gutiérrez, músico de la banda Penca Dorada, originaria de Santa María Tlahuitoltepec, quien explicó que fue la comunidad de Esquipulas la que se vino abajo y afectó también parte de El Calvario
, e incluso corrigió a las autoridades, pues el deslave –dijo– no ocurrió la madrugada del martes, sino la noche del lunes.
En declaraciones hechas por la mañana a noticiarios de radio y televisión, el gobernador Ulises Ruiz manejó cifras de al menos 100 desaparecidos y de entre 500 y 600 gentes muertas; se dice que hasta mil
, pero más tarde matizó: el número disminuye sustancialmente. Yo espero que no sea lo que se había dicho
.
Todo hacía pensar que la tragedia era de otra magnitud. Incluso, el alcalde de Santa María, Antonio Martínez Gómez, comentó en algunos noticiarios de radio que la iglesia y el palacio municipal tenían daños.
Por la noche, el gobernador y Blake Mora ofrecieron una conferencia de prensa conjunta en el hangar del gobierno del estado para informar que el deslave fue de 200 metros de largo por 60 de ancho, afectó cuatro viviendas –dos totalmente sepultadas–, mientras otras 30 se encuentran sobre el cauce del deslave, las cuales se consideran de alto riesgo.
En entrevista telefónica, Sócrates Vázquez, quien labora en la red de radios comunitarias de Tlahuitoltepec, señaló que hay versiones de que otras comunidades aledañas a la zona del derrumbe también sufren de inundaciones y deslaves por las lluvias que duraron cuatro días y cuatro noches, además de que algunos edificios del lugar sufrieron diversos daños, por lo que fueron desalojados.
Dijo que en rancherías cercanas a la cabecera municipal hay muchas familias afectadas, casas destruidas, ganado perdido así como invernaderos y cosechas dañadas, pero que debido a que los caminos fueron arrasados por el agua, aún no se cuantifican los daños.
Con información de Jesús Aranda