Al participar en el foro Eficiencia Energética y Acceso, el presidente Felipe Calderón dijo que ante los innegables efectos del cambio climático, que golpean principalmente a los sectores populares que viven en zonas de alto riesgo, es urgente la corresponsabilidad global y que los países en desarrollo asuman su parte para enfrentar el calentamiento global y no dar pretextos a los países desarrollados en hacer lo propio. A mí realmente me indigna, me molesta, que ahora todavía haya gente que ponga en duda el fenómeno del cambio climático, agregó.

En su participación ante representantes de diversos países y de cara a la cumbre ambiental en Cancún, Calderón reconoció la urgencia de compatibilizar las necesidades de desarrollo con la protección al medio ambiente y en ello deben participar todos los países porque sus efectos son globales. No se puede hablar de que un país combata sus emisiones contaminantes y arregle por sí mismo su clima; de ahí la necesidad de que se enfrenten acciones conjuntas a escala mundial, si bien subrayó que los países tienen mayor responsabilidad en la generación del problema.

Durante su larga alocución el Presidente expuso su decálogo de acciones imperiosas para enfrentar el calentamiento global, entre las que intercaló problemáticas de su anecdotario personal para ejemplificar la complejidad del problema.

Habló de la necesidad de introducir nuevas tecnologías y de incorporar fuentes de energía sustentables para abatir los efectos nocivos en el medio ambiente, pero citó al mismo tiempo que en una cabañita que construyó resultó carísima la pretensión de introducir celdas generadoras de energía.

“No podemos dejar de reconocer –explicó– que el costo de la energía renovable, particularmente la individual, es tremendo. Tenemos que avanzar hacia sistemas que faciliten fiscalmente la transición de energía renovable con la certeza de que en la medida que se masifique el consumo de energías renovables, la tecnología nos dará costos individuales.”

Al desglosar su propuesta, consideró necesario sustituir paulatinamente algunas fuentes de energía por otras sustentables y aludió a la posibilidad de desarrollar la energía eólica. Para el efecto, volvió al anecdotario personal.

Cuando fue secretario de Energía, en el sexenio de Vicente Fox, se impulsó el primer parque eólico en México: “fue un calvario, porque había gran escepticismo, pues la gente vinculada al tema pensaba que era una ocurrencia. Casi casi decían ‘chamaco ocurrente’. En ese entonces se producían 100 megavatios al año, en la actualidad se generan 550, por el desarrollo de la tecnología eólica”. Asimismo destacó la necesidad de priorizar el impulso de la energía alternativa, que se complementaría con acciones paralelas que tiendan a reducir el consumo de energía en industrias y casas, como la sustitución de aparatos electrodomésticos viejos y la construcción de viviendas sustentables que incorporen nuevas tecnologías.

Calderón enfatizó que debe romperse el dilema entre desarrollo económico y combate al cambio climático porque pueden conjugarse, si todos los países asumen su responsabilidad en introducir acciones para abatir la generación de contaminantes. En Cancún debe quedar clara la urgencia de actuar ya frente al calentamiento global, porque sí afecta la viabilidad del mundo.

Citó, por último, la paradoja reciente que tuvo en Monterrey tras el paso de la tormenta Álex, el cual destruyó parte de la ciudad. En una reunión con empresarios éstos le demandaron paliar los efectos destructivos que hubo en la ciudad, pero al mismo tiempo consideraron inviable modificar sus esquemas de producción en aras de la necesidad de desarrollar sus industrias.