Bogotá, 30 de septiembre. El otrora máximo jefe de los grupos paramilitares de Colombia, Salvatore Mancuso, aseguró este jueves durante una audiencia judicial que sí hubo un apoyo electoral al entonces senador oficialista Mario Uribe, primo del ex mandatario Álvaro Uribe.

La declaración del ex paramilitar fue realizada ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, que interrogó desde Bogotá al ex jefe paramilitar a través de una teleconferencia, pues Mancuso está en una cárcel en Washington.

De acuerdo con el testimonio de Mancuso, se realizó un encuentro entre Mario Uribe y la ex congresista Eleonora Pineda, condenada por nexos con paramilitres, y desde ahí surgió su postura de entregar el respaldo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) al primo del ex mandatario.

Eleonora Pineda también me comentó de un apoyo político que ella, en ese momento, le estaba dando al doctor Uribe, en una alianza (...) Llamé al comandante del área del Alto San Jorge (norte) y le dije que por favor apoyara políticamente en las regiones bajo su control al senador Mario Uribe, sostuvo.

Durante la audiencia, Mancuso denunció problemas de seguridad para su familia y se negó a seguir en el proceso.

El ex congresista fue detenido en abril de 2008. El 20 de agosto del año pasado quedó en libertad luego de que la fiscalía revocó la orden de captura por falta de pruebas por nexos con paramilitares.

Posteriormente, por orden del máximo tribunal el ex senador fue nuevamente capturado y recluido desde febrero en la cárcel La Picota, ubicada al sur de Bogotá, por nuevas pruebas de nexos con Mancuso, quien fue extraditado en mayo de 2008 a Estados Unidos por cargos de narcotráfico, luego de entregar sus armas voluntariamente.

En la actualidad, Mario Uribe es investigado por los delitos de concierto para delinquir agravado y coautoría de delitos de lesa humanidad con base en los testimonios de dos ex jefes paramilitares.

Uribe pertenece a las investigaciones por el sonado caso de la narcoparapolítica, llamado así por los nexos de políticos con paramilitares y narcotráfico, que comenzaron en 2006. Desde entonces, cerca de 70 congresistas elegidos ese año han resultado comprometidos en la causa, de los cuales unos 30 han terminado tras las rejas, en su gran mayoría integrantes de los partidos de la coalición derechista del gobierno del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010).