San Miguel de Allende, Gto., 6 de octubre. En plenos festejos por el bicentenario de la Independencia, el gobierno de San Miguel de Allende retiró de la Glorieta de Los Héroes, ubicada a un costado de la presidencia municipal, las estatuas de los caudillos de ese movimiento, que costaron un millón 900 mil pesos, y las arrumbó en un rincón del estadio de futbol.

El mes pasado, la alcaldesa Luz María Núñez, quien ganó el ayuntamiento mediante una alianza entre PRI, PRD y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), retiró las esculturas de Miguel Hidalgo y Costilla, Juan de Aldama, Josefa Ortiz de Domínguez y el general Ignacio Allende, así como la del arcángel San Miguel.

Los espacios de los caudillos quedaron vacíos y donde estaba la estatua del arcángel se colocó una columna de acero con la cabeza de Allende, que a lo lejos semeja una escultura fálica.

El diputado local del Partido Acción Nacional y ex alcalde de San Miguel de Allende, Jesús Correa Ramírez, consideró que con esta medida Luz María Núñez “mostró una falta de visión histórica, respeto y poco oficio para gobernar.

En el año del bicentenario, las cosas en San Miguel no han funcionado mucho, no sólo por la falta de respeto que significa arrumbar a los héroes, sino porque esto es obra e inversión pública, agregó.

El legislador opinó que el ayuntamiento se esta dividiendo por la falta de visión: los sanmiguelenses han sido tolerantes; el llamado es que si decidieron quitar a los héroes de ese lugar, escojan otro más digno para ponerlos, concluyó.

El 22 de enero de 2006 fue inaugurada la Glorieta de Los Héroes. El entonces presidente municipal Alberto Villarreal García, actual senador por el PAN, decidió que se colocará la estatua del arcángel San Miguel por encima de las de los héroes patrios, que eran de menor tamaño.

Los próceres de la Independencia siempre sintieron el respaldo y la protección de San Miguel Arcángel, del que este pueblo lleva su nombre, y Allende por el general Ignacio, así que esto no es un acto de fe, por lo menos de fe religiosa: es un acto de fe patriótica, justificó Villarreal García durante la inauguración de la obra.