El vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar Romero, afirmó que la demanda civil por presunto daño moral interpuesta por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, es una prueba pública de su intolerancia y su fobia hacia la Iglesia católica.

Al dar lectura a su respuesta a la demanda civil presentada en su contra ante el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), en conferencia de prensa en la que no permitió preguntas de los reporteros, consideró que si el funcionario capitalino se siente dañado por la crítica, si así lo experimenta, estaría manifestando que no tiene la capacidad de gobernar y debería pensar seriamente en renunciar a un cargo que requiere capacidad de escucha, negociación, tolerancia, apertura, diálogo y conciliación.

La demanda, agregó, es prueba pública de su intolerancia. No habíamos visto en esta ciudad, que se afana en llamarla de las libertades, a un jefe de Gobierno utilizando ilícitamente todo el aparato y los recursos del Estado para demandar a dos ciudadanos por hacer uso de su libertad de expresión y criticar sus excesos de poder.

Hugo Valdemar negó que al jefe de Gobierno local le asista razón o derecho alguno para reclamar un supuesto daño a su patrimonio moral, debido a que –aseguró– lo único que al respecto manifesté, en ejercicio de mi derecho a la libertad de expresión que consagra a nuestra Constitución, fue que tiene una vocación de fascista porque, desde mi particular punto de vista, toda opinión que no le gusta la contesta iracundamente y le parece que se atenta contra el Estado, cuando simplemente se están dando opiniones desde lo que es propio de un ministro de culto.

La denuncia presentada en agosto ante el TSJDF contra el cardenal Juan Sandoval Íñiguez y el vocero Valdemar Romero, por daño al patrimonio moral, tuvo lugar tras las declaraciones que éstos emitieron con motivo de la aprobación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la ley que permite adoptar a los matrimonios entre personas del mismo sexo.