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Los Rayados continúan sin vencer a las Águilas desde hace 10 años

América y Monterrey tampoco se hicieron daño

Al equipo le sigue faltando, dijo un insatisfecho Manuel Lapuente

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El ex americanista Duilio Davino, ahora del cuadro regio, nulifica a Matías VuosoFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de octubre de 2010, p. 6

Como si fuera una conspiración en esta jornada, América y Monterrey tampoco anotaron. Fue un domingo sin goles, en el que ambas escuadras conservaron además la marca que unos presumen y a otros molesta: los Rayados siguen sin ganarle a las Águilas, que cumplieron 23 partidos sin perder en el estadio Azteca.

Hace 10 años el desaparecido Antonio de Nigris anotó dos goles con los que Monterrey vencía 2-1 al club de Coapa en Santa Úrsula. Esa fue la última. Desde aquel 27 de agosto de 2000 han jugado 10 veces más en el campo americanista sin conseguirlo.

Apenas saltaron a la cancha ambos se fueron por el rival con el cuchillo entre los dientes. La Pandilla salió al ataque. Ricardo Osorio se desplazaba por la derecha como si estuviera montado en un riel bien aceitado. Desde ahí colocó un centro a Humberto Suazo, cuyos ojos desorbitados y ávidos siguieron un balón que sólo pudo enviar a las manos de Guillermo Ochoa.

Vicente Sánchez también respondió el embate y exhalaba vapor por las fosas nasales. En un arrebato, al minuto 11, le ganó la espalda a la defensa regia. Controló con el pecho y saltó a la defensa de Monterrey, pero en el intento fue derribado antes de que pudiera comunicarse con Vuoso. El árbitro dijo que era falta.

Si el América no entraba por los arranques frenéticos de Sánchez o la cacería de Matías, entonces estaba Pável Pardo para hacer las cosas por la fuerza. El ex jugador del Stuttgart afinó la mira y disparó con furia. La pelota bombeó la barrera y el guardameta Jonathan Orozco voló para desviar apenas hacia la derecha de su arco.

Unos respiraron de alivio. Otros despotricaron. Enseguida hubo intercambio de fuego, pero sin esa sutileza que hace que una pelota termine dentro de la portería. A veces sobran las ganas y la fuerza.

El Toro Vuoso desperdició una oportunidad, de esas que para fallarse se necesita talento muy especial. Al 17 tenía la puerta abierta, a unos centímetros, sólo había que empujarla, pero se las arregló para hacer lo que parecía imposible: la envió por encima del marco. Bastó un toquecito con la parte interna del botín izquierdo y se fue directo a la tribuna.

Sánchez todavía se esforzó por meter esa pelota, que este domingo en todos los partidos del balompié nacional fue caprichosa y rebelde. El uruguayo quería estar en la acción. Encaró a Sergio Pérez y la intentó con el dribling, ese truco que consiste en hacer exactamente lo contrario de lo que se anuncia.

Sergio Pérez mordió el anzuelo, pero Duilio Davino no. Contra él terminó con el intento del uruguayo.

En el segundo tiempo los cuchillos del América se hicieron ramos. Eventualmente aparecía Daniel Montenegro o Ángel Reyna para buscar los espacios. Pero fue inútil.

Y Monterrey, el equipo que no ha perdido en 25 partidos de la fase regular, también se las ingenió para contribuir con la falta de anotaciones.

Chupete Suazo, usualmente con los ojos atentos a cualquier oportunidad y con el pie fino en la definición, ayer sólo tuvo destellos y errores. Si Vuoso fue capaz de deshacer un gol clarísimo, el chileno también demostró capacidad para los errores espectaculares.

La primera fue cuando Aldo de Nigris le ganó la carrera a Treviño, al minuto 50 y envió un centro a Suazo, quien ya saboreaba el gol. La ansiedad le estorbó en el botín y la mandó a un lado del poste derecho.

La segunda (62), tras una asistencia milimétrica de Osorio, Chupete intentó picar de cabeza y arruinó la explosividad de su compañero.

Para el técnico que todos señalan como próximo titular de la selección mexicana no fue un juego que le provocara malestar. Negó que ambos equipos salieran recatados, con la intención de no faltarse al respeto: A veces no se les puede exigir de más a los jugadores cuando ponen todo su esfuerzo. Hicimos la lucha y no se pudo.

Sobre los puntos, ni hablar. A Vucetich no le interesa cuidarlos. Sabe que se mantiene invicto en la fecha 11, con 23 unidades todavía en el primer puesto del grupo uno, un punto arriba de Santos Laguna, luego de ganar seis encuentros y empatar cinco.

Al que sí le dolió el empate fue al técnico Manuel Lapuente, “porque al equipo le sigue faltando y después de la derrota la semana pasada con Cruz Azul lastima la falta de goles.

No es preocupante porque los muchachos juegan con intensidad. Si se hace así, tarde o temprano tienen que caer las anotaciones, expuso.

No duda en que estarán en la liguilla, pero sí lamenta dejar escapar puntos en casa.

Al final, ambos técnicos refirieron que no se van molestos tras el empate. Los únicos que sí se fueron dolidos son los aficionados, que al final silbaron con todo el coraje contenido durante 90 minutos.