Santiago, 10 de octubre. El rescate de los 32 mineros chilenos y un boliviano entró hoy en su última etapa, con el revestimiento del túnel cavado el sábado por la perforadora T-130, el cual quedará concluido este lunes para llevar a la superficie a los trabajadores que han permanecido 622 metros bajo tierra desde el pasado 5 de agosto. Algunos de los 33 mineros discuten como niños para determinar quién será el último en salir, ya que quien lo haga tendrá un extra: el récord de ser la persona que más tiempo ha sobrevivido bajo tierra en un accidente de esta naturaleza.

La colocación específica de tubos se inició esta mañana. Hay tres tubos ya en su lugar y sigue el proceso como estaba previsto, explicó Laurence Golborne, ministro de Minería, afuera de la mina San José, en el desierto de Atacama.

“Empezó el proceso de instalación del casing (revestimiento); esperamos terminar esta operación a eso de las 9 de la mañana del lunes”, declaró André Sougarret, jefe del equipo de rescate.

El revestimiento consiste en proteger con tubos metálicos parte del conducto de 622 metros de largo y 66 centímetros de diámetro por el cual saldrán los mineros en una cápsula especialmente diseñada.

El sábado se decidió que se revestirían solamente los primeros 96 metros del hoyo con 16 tubos de 6 metros cada uno, que deben ser soldados.

Finalizado el revestimiento, se instalará la grúa para el desplazamiento de la cápsula que subirá uno a uno a los mineros, y luego deberán hacerse las pruebas necesarias con la cápsula en vacío.

Golborne señaló que los cálculos para iniciar el rescate serán el miércoles, pero advirtió que los plazos se pueden extender o acelerar levemente dependiendo de “algunos imponderables.

Vamos a probar todo lo que sea necesario hasta que estemos tranquilos y seguros de que el sistema funciona. No hay preferencia en cuanto al horario de inicio del rescate, igual vamos a tener que trabajar día y noche; cada rescate durará entre 15 y 20 minutos, señaló.

Las autoridades médicas, por su parte, controlan la alimentación de los mineros para asegurar que puedan mantener un buen nivel de presión arterial durante el ascenso. Por ello, iniciaron una dieta especial que fue diseñada por el equipo de rescate, a partir de los consejos que entregaron, al principio de la operación, los expertos de la Nasa que visitaron este país.

Llevarán trajes de tela especial que no permite la transpiración y lentes que evitarán que los dañe la luz del sol. Tenemos pocas garantías de que sigan durmiendo bien, explicó Jaime Mañalich, ministro de Salud.

Además se les enviarán bandas elásticas para que se las coloquen en piernas y abdomen para prevenir una trombosis. El minero Yonni Barrios se encarga de controlar la presión arterial de sus compañeros. Están un poco más ansiosos, muy deseosos de que esto termine, cuentan las horas en forma regresiva. Creo que los mineros han mostrado gestos de solidaridad y accedieron a ceder su turno en el orden de salida, indicó Mañalich.

Pero la discusión tiene su trasfondo, ya que el último en salir tendrá un premio extra: el récord de ser la persona que más tiempo sobrevivió bajo tierra tras un accidente minero.

El funcionario habló este domingo sobre la situación que se genera en las entrañas de la mina San José, con la intención de mostrar que, a unos días del rescate, el ánimo de los trabajadores es óptimo.

“‘Yo quiero ir de último’, pero después aparece otro que dice: ‘no, voy de último’”, es lo que el ministro dijo que se escucha en las conversaciones que mantienen por videconferencia con los mineros.

La puja sería entre los integrantes del grupo de mineros que está en mejores condiciones físicas y sicológicas, que se han convertido en los líderes del conjunto.

Además, los trabajadores deberán cumplir con un trámite de identificación que incluye la toma de huellas dactilares para efectos legales, apenas sean rescatados, indicó una autoridad policial.

Según dijo a medios locales Oscar Miranda, inspector de la Policía de Investigaciones (PDI), éste es un trámite obligatorio.

Personal de la PDI va a tomarles las huellas dactilares para confirmar su identidad. El proceso es obligatorio debido a que los 33 mineros legalmente están catalogados como víctimas de presunta desgracia, lo cual significa que están desaparecidos.