Ayudarán a explicar el porqué de la forma de manzana o de pera
Martes 12 de octubre de 2010, p. 3
Londres, 11 de octubre. Científicos hallaron más de 30 nuevas variaciones genéticas relacionadas con la obesidad y la grasa, lo que aseguran que ayudará a explicar por qué ciertas personas padecen sobrepeso y por qué algunas tienen forma de manzana y otras de pera.
Un equipo internacional de más de 400 científicos de 280 instituciones de investigación señaló que sus hallazgos aportan más conocimientos de los procesos biológicos que pueden causar la obesidad, y añadió que en el futuro ayudarían a desarrollar nuevas formas de tratar o prevenir la enfermedad.
Los expertos advirtieron que si bien los genes desempeñan un papel crucial en la obesidad y en los problemas de peso, sólo representan una parte de los motivos por los cuales una persona es obesa, debido a que los principales factores son la mala alimentación y la falta de ejercicio.
El estilo de vida sigue siendo el factor principal
No deberíamos olvidar que, mientras la contribución genética a la obesidad es sustancial, gran parte de la propensión a la enfermedad sigue debiéndose al estilo de vida
, dijo Ruth Loos, de la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica de Cambridge, quien trabajó en el estudio.
En el primero de dos estudios publicados en la revista Nature Genetics, los científicos identificaron 13 nuevas regiones genéticas en las que las variaciones en la secuencia del ADN pueden relacionarse con si una persona tiene forma de pera o de manzana.
La mayoría de esas variaciones tienen un efecto marcadamente más fuerte en las mujeres que en los varones, indicó el equipo.
Investigaciones anteriores hallaron que el lugar en el que se almacena grasa en el cuerpo puede afectar la salud.
Más grasa alrededor de la cintura –lo que se llama cuerpo en forma de manzana– está ligada a un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedad cardiaca, mientras acumular gordura en los glúteos y en los muslos –forma de pera– ofrecería cierta protección contra la diabetes y la hipertensión.
Al hallar genes que influyen en que tengamos forma de manzana o de pera, y las maneras en que esto difiere entre los hombres y las mujeres, esperamos dirigirnos a los procesos biológicos subyacentes
, dijo Cecilia Lindgren, de la Universidad de Oxford.
Debido a que los esfuerzos por combatir la obesidad por medio de los cambios en el estilo de vida o de distintas opciones terapéuticas han demostrado ser muy desafiantes, la posibilidad de alterar los patrones de distribución de grasa brindaría una alternativa para futuros descubrimientos farmacológicos
, añadió Lindgren, quien trabajó en ambos estudios.
Índice de masa corporal
El segundo estudio buscó genes relacionados con el índice de masa corporal (IMC), medida del peso en relación con la altura usada para especificar si los adultos son obesos o tienen sobrepeso. Un IMC de 25 a 30 indica sobrepeso y de 30 o más es indicador de obesidad.
Al analizar más de 250 mil personas que participaron en un estudio de asociación genómica amplia, que incluye el escaneo de los mapas genéticos en busca de indicios en el ADN, los expertos hallaron 18 nuevas regiones genéticas asociadas con el IMC.
Algunos de los nuevos hallazgos sugieren una participación activa de los genes en las zonas cerebrales que influyen en el apetito, dijeron los investigadores, y algunos otros indican que los genes están involucrados en el control de la insulina y el metabolismo.
Estos dos estudios son el inicio de nuevas perspectivas sobre la biología de la obesidad y la forma corporal, lo que podría conducir a enfoques más personalizados en la prevención de la obesidad y potencialmente al desarrollo de nuevos medicamentos
, dijo Loos.