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Jugadores se disculpan con la afición

El Tricolor despide el año con empate ante Venezuela
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Elementos policiados sacaron a rastras a uno de los aficionados que irrumpieron en la canchaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de octubre de 2010, p. a51

Ciudad Juárez, 12 de octubre. Fue un accidentado y polémico duelo del Tri contra Venezuela, ésta con 10 jugadores, que terminó en desabrido empate a dos goles en el último partido que dirigió el técnico interino Efraín Flores y en la despedida del año de la selección nacional.

El primer cubetazo de realidad fue el tiro libre directo que sorprendió dormido al guardameta Ochoa. A 33 metros de distancia de la portería, el venezolano Juan Arango prendió un zurdazo a primer poste que el mexicano habría atajado de lanzarse a tiempo. La pelota se introdujo en el ángulo izquierdo de Memo que sólo la acarició con las yemas de los dedos. Era de él y no la quiso: 1-0 abajo, en Ciudad Juárez.

Con la premura de la desventaja, los tricolores estuvieron encima del área venezolana y buscaron de cualquier forma igualar el marcador. Parecía una mala noche para el Tri, pero sobre todo para Iván Estrada, quien debutó con la camiseta verde.

En una jugada en la que se escapó con el balón, Gabriel Cichero lo barrió salvajemente y encajó los tachones en la pierna izquierda al Guti, quien quedó tendido. El venezolano vio el cartón amarillo –ya había recibido otro– y se fue expulsado. Estrada salió en camilla. Más tarde se informó que no era grave la lesión.

Entró Elías Hernández por Guti, al 33, y apenas un minuto después de pisar la cancha mandó un centro por derecha que Chuletita Orozco sólo rozó con el botín izquierdo, pero que Hernández interceptó y metió con un potente testarazo. El 1-1 tranquilizó a los mexicanos.

Antes de terminar la primera parte, otra falta gratuita de Rafa Márquez terminó en tiro libre. De nuevo Arango cobró desde media distancia y repitió la dosis. Otra vez Ochoa reaccionó tarde y el balón entró muy parecido al primer gol vinotinto. Venezuela de nueva cuenta estaba arriba.

En la segunda parte salieron tres jugadores mexicanos. Resaltó la salida de Ochoa y su relevo por Jesús Corona.

Giovani dos Santos pareció reaccionar. Desbordó por la derecha y sacó un apretado centro que Édgar Dueñas cabeceó en picada y cayó en manos del guardameta Daniel Hernández.

Ese fue un anticipo. Al 61, Gío se coló por la izquierda y en el umbral del área grande disparó con la zurda a primer poste y cayó uno de esos goles que tanto se esperan del jugador del Tottenham.

A punto de concluir el duelo algunos aficionados invadieron la cancha. La policía los derribó. Uno se internó en el campo y se quitó la playera: lo tiraron. Chicharito levantó la camiseta del joven y se la devolvió. Detuvieron el encuentro durante cuatro minutos.

Al finalizar, todos los tricolores implicados dieron una conferencia de prensa en la que ofrecieron una disculpa pública a la afición por los acontencimientos en las semanas recientes.

Leyó apresuradamente el documento Héctor Moreno. Reconocieron a la federación y aseguraron que conocen los reglamentos y los códigos de conducta que rigen la selección.

“No fue un acto de rebeldía, que quede claro, sino producto de una pésima relación y de un diálogo unilateral –en alusión a Néstor de la Torre–. No pedimos el puesto de nadie. Reiteramos una disculpa por todos los errores y refrendamos nuestro compromiso como jugadores mexicanos.”