La muestra, la más exitosa de 2010: la visitaron 140 mil personas desde se apertura en agosto
Continuará hasta finales de octubre, informó la directora del museo Diana Magaloni
No preví la acogida; sólo quería transmitir el asombro que experimenté, señaló Sofía Martínez del Campo
Entrar a este mundo ha sido sobrecogedor, expresó Sofía Martínez del CampoFoto Roberto García Ortiz
Lunes 18 de octubre de 2010, p. a12
La exposición Rostros de la divinidad: los mosaicos mayas de piedra verde, que se exhibe en el Museo Nacional de Antropología (MNA) ha recibido 140 mil visitantes desde su apertura, en agosto pasado, convirtiéndose así en la de mayor éxito
durante 2010; por este motivo, continuará hasta finales de octubre, indicó la directora del museo, Diana Magaloni.
En un principio se planeó que la exposición terminara en septiembre, para después llevarla a Nápoles y de ahí a París, con motivo del Año de México en Francia. Sin embargo, los planes cambiaron y después de terminar su ciclo en el museo capitalino irá directamente a París.
Probablemente arribe al Museo de Antropología de Nápoles el verano del año próximo, indicó a su vez Sofía Martínez del Campo, curadora de la exhibición.
La verdad no esperaba este éxito. Mi propósito al concebir la exposición, al pensar la museografía, al platicar con los profesionales, era transmitir al público todo este sentimiento de asombro y de despertar de pensamiento a otra cultura que experimenté tanto en los procesos de restauración como de investigación académica
, dijo a La Jornada.
Entrar en este universo ha sido tan sobrecogedor, como una sensación que tendrías si fueras a la selva que rodea la ciudad de Palenque, te quedaras al atardecer y observaras esas estructuras iluminadas por el sol. Es una sensación realmente que cautiva, que captura. Ése era el propósito primordial de la muestra.
Para lograrlo se seleccionaron 147 objetos que pudieran transmitir esa sensación respaldados con la información académica que se realizó para el libro y se transformó a un lenguaje más directo –el de las cédulas– para hacerlo comprensible al público en general.
En la Sala Culturas Indígenas del MNA se exhiben 13 máscaras funerarias mayas de jade, y reúne por primera vez seis ofrendas funerarias completas: la de Pakal, dos de Calakmul, dos de Dzibanché y una más de Oxkintok. El visitante puede ver cómo debieron ser esas ofrendas al momento en que los señores fueron sepultados, y no cómo fueron encontradas.
La pieza de mayor antigüedad es la ofrenda de la estructura III de Calakmul, la cual pertenece alrededor del 375 dC, al clásico temprano. La mayoría de los objetos que se exhiben pertenecen a los periodos clásico y clásico tardío, y es en esta época cuando ya las estructuras piramidales se convirtieron en montañas sagradas donde sepultaban a los señores
, indicó la investigadora, quien trabajó en los 13 mosaicos de jade que conforman la muestra.
La ofrenda de la estructura III de Calakmul fue encontrada en un sepulcro en un edificio al que los arqueólogos llaman Palacio estilo Petén, de seis habitaciones, en cuyo interior estaba la tumba. Todavía no se tenía esta concepción del gran mausoleo del templo de las inscripciones que surge ya en el clásico tardío.
Otras piezas representativas de esta muestra son el tapete funerario de conchas y semillas, y los tableros con relieves. Estos tableros, que se ubican justo al centro de la sala, es el tema de la conferencia que ofreció el sábado pasado el arqueólogo Tomás Pérez, especialista del Centro de Estudios Mayas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Antes de la charla con La Jornada, la conferencia que ofrecería Sofía Martínez del Campo se convirtió en visita guiada por la exposición. Ahí, explicó cuál fue el concepto que dio como resultado la reunión de todas estas piezas y por qué fueron seleccionadas.
Martínez del Campo, responsable del proyecto Máscaras funerarias, de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, recordó que esta muestra se concibió a partir de un proyecto de restauración en el que llevamos 10 años con el trabajo en la máscara de Pakal en el laboratorio de conservación en el Museo de Antropología, y el propósito principal fue muy claro: recuperar los valores originales del rostro para interpretar todos los símbolos que estuvieran presentes en él
.
La máscara de K’inich Janaab’ Pakal mostró durante 50 años una imagen distinta, en la que se pretendió otorgarle un rostro más occidentalizado y había perdido los rasgos de la plástica maya
que fueron recuperados durante el proceso de restauración.
El resultado fue tan exitoso que en diversos centros de Yucatán se despertó un interés por restaurar las otras máscaras de mosaico de jade, que son las de Calakmul, Dzibanché y Oxkintok, con el mismo fin: recordar los valores originales. Eso nos permite ahora hacer una exposición para la cual se buscaron elementos simbólicos afines al lenguaje de las máscaras y las ofrendas funerarias.
Son en total 147 piezas seleccionadas para armar un mosaico, al igual que los de jade, y crear un conjunto que permitiera transmitir al público todo este ritual que vivían los mayas en su vida cotidiana, absolutamente distinta a la nuestra
.
Rostros de la divinidad: los mosaicos mayas de piedra verde termina el próximo 31 de octubre. Museo Nacional de Antropología (Reforma y Gandhi). El próximo viernes 22 concluye el ciclo de conferencias con la presentación que ofrecerá a las 12 horas la doctora Mercedes de la Garza, la máxima especialista en cultura maya, en el auditorio Jaime Torres Bodet del MNA.