Empresarios, intelectuales, políticos de todo signo y representantes de organizaciones sociales conformaron ayer la organización civil Encuentro, que busca incrementar y mejorar los canales de comunicación con los más diversos sectores de México en apoyo a Andrés Manuel López Obrador, rumbo a 2012.

El ex candidato presidencial enalteció este nuevo esfuerzo por lograr la transformación de la vida pública del país, mediante una instancia que atienda aquellos grupos que también están interesados en contribuir a salvar a México y no forman parte de los comités de apoyo al movimiento en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía nacional creados en rancherías, pueblos, comunidades, barrios y unidades habitacionales.  

Mediante el consejo nacional Encuentro, explicó, se disiparán dudas en torno a nuestros objetivos. Decirles que no somos como nos pintan. ¿Se acuerdan que en 2006, en los mensajes de televisión me comparaban con Chávez?, se decía que si había un cambio habría fuga de capitales, desempleo, caos. Que se caerían lar bardas, las bicicletas, que se cerrarían las cortinas de los negocios. Mucha gente lo creyó no sólo por la campaña inmoral de miedo y manipulación en radio y televisión, sino también por el manejo del rumor.

Convocó a ciudadanos de todas las clases sociales, libres pensadores, creyentes de todas las iglesias, mujeres y hombres de buena voluntad que quieren la transformación del país a sumarse a este nuevo proyecto.

En su oportunidad, Genaro Góngora Pimentel, ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, definió que Encuentro pretende ofrecer una esperanza frente al futuro incierto de México. Con la seguridad de que el potencial para el mañana será ciertamente mejor, es momento, dijo, de fortalecer el cambio en el país.

El mérito que convoca a quienes integran ésta organización civil, sólo el México de nuestros días puede explicarlo, convino el ex ministro, quien destacó que esta época de prueba para los mexicanos se va abriendo paso a la democracia que exige el federalismo y espontáneamente aumentan, como un solo grito, las exigencias sociales por un justo régimen de legalidad, orden y seguridad.

Indicó que es momento de fortalecer el cambio en nuestro país, lo cual será favorable porque nuestro esfuerzo tiene rumbo. La verdad debe ser la que nos una y esa cohesión, esa unión, no debe perderse.

Al iniciar la reunión fundacional de Encuentro, Alfonso Durazo destacó que entre los objetivos del organismo están disipar dudas en los sectores mediáticamente manipulados respecto del Proyecto Alternativo de Nación y del movimiento ciudadano que encabeza Andrés Manuel López Obrador, así como modificar la correlación de fuerzas en favor de dicho movimiento en el proceso de 2012.

Extender el consenso social sobre el Proyecto Alternativo de Nación y recibir puntos de vista para su fortalecimiento, además de impulsar la comprensión del mismo en un abanico amplio e incluyente, entre otros.

El contacto con los diversos sectores se dará mediante tres grandes áreas: Encuentros y compromisos con la sociedad civil, a cargo de Federico Arreola; Encuentros y compromisos con la sociedad política, a cargo de Dante Delgado, y Encuentros y compromisos con las organizaciones sociales, a cargo de Ricardo Cantú.

Al término de la presentación de la organización civil, López Obrador fue interrogado sobre el calificativo de alborotador que le dio hace unos días el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, por las giras que el tabasqueño realiza en aquella entidad. Pues sí, porque lo que queremos es el cambio. En el estado de México mal gobierna Peña Nieto, que es el candidato de la mafia del poder para 2012.

Decenas de personas se dieron cita para el lanzamiento de Encuentro en el hotel Fiesta Americana, de la capital del país. Entre otros, Rosario Ibarra, Ricardo Monreal, Alejandro González Yáñez, Antonio Gershenson, Luis Linares Zapata, Asa Cristina Laurel, Carlos Sotelo, Luis Walton, Dante Delgado, Luis Maldonado, Alejandro Encinas, el ex ministro Góngora Pimentel, Federico Arreola, Ricardo Cantú y Héctor Vasconcelos.