Cultura
Ver día anteriorDomingo 24 de octubre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Amigos, escritores y familiares acudieron al funeral, donde resaltaron su humor y su obra

Hoy rendirán homenaje al poeta Alí Chumacero en Bellas Artes

Palabras en reposo, estela que se levanta en un bosque de niebla: José Emilio Pacheco

Su poesía es ajustada, exacta; nos enseñó que lo bueno, si es breve, es dos veces bueno: Hugo Gutiérrez Vega

Sus restos serán cremados y permanecerán en la ciudad de México

Foto
En la imagen montan guardia, a la izquierda, Joaquín Diez Canedo, Luis Chumacero y al fondo el poeta Eduardo Lizalde. Del lado derecho la titular del CNCA, Consuelo Sáizar, y Jorge Ruiz DueñasFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de octubre de 2010, p. 2

Comenzó la despedida de Alí Chumacero Lora, poeta, maestro, editor. Este sábado, escritores y funcionarios asistieron a la funeraria Gayosso de la calle de Sullivan para despedirse del maestro, fallecido el viernes a la edad de 92 años. Será hoy, a las 11 de la mañana, cuando se le rinda un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes, en el que se prevé que sean sus lectores quienes reciten sus palabras. El homenaje concluirá a las 2 de la tarde, y después sus restos serán cremados y permanecerán en la ciudad de México.

El funeral se inició a las 10 de la mañana; asistieron a esta primera despedida escritores, poetas y editores. A la capilla número 10 llegaron sus hijos, Alfonso, Guillermo, María, Luis y Jorge. Entre los amigos, Juan Gelman, Eduardo Lizalde, Hernán Lara Zavala, Bernardo Ruiz, Héctor Carreto, Daniel Leyva, Margo Glantz, Guillermo Soberón Acevedo y la editora Marisol Schulz.

Asimismo, la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Consuelo Sáizar; el director del Fondo de Cultura Económica, Joaquín Diez Canedo, y la directora de publicaciones del CNCA, Laura Emilia Pacheco.

Todos ellos recordaron a Alí, el amigo, el maestro, el sabio que conocía perfectamente el lenguaje, que llenó de experiencia el trabajo editorial del FCE, sello en el que estuvo durante 60 años. Su sentido del humor, su cercanía con los jóvenes, su pasión por las palabras, por la brevedad, su decisión de publicar sólo tres libros. Tres nada más que lo convirtieron en uno de los poetas referentes de las letras mexicanas del siglo XX.

En sendos comunicados, el presidente Felipe Calderón y la Secretaría de Educación Pública lamentaron la muerte del poeta nayarita. Además de su prolífica labor poética, su contribución como editor de importantes obras de la literatura mexicana, poesía y crítica literaria, engrandecieron nuestra cultura, reza el comunicado de Presidencia.

Este año del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución será recordado como uno de los más difíciles para las letras y la cultura del país, dijo Consuelo Sáizar. En los meses recientes fallecieron Carlos Montemayor, amigo de Alí Chumacero; Carlos Monsiváis; Helen Escobedo; Bolívar Echevarría; Phil Kelly; el historiador austriaco Friedrich Katz, y Antonio Alatorre.

Vía telefónica, los escritores José Emilio Pacheco, Fernando del Paso, Elena Poniatowska, Hugo Gutiérrez Vega y Carmen Boullosa hablaron de los recuerdos que tienen del escritor que en 1984 recibió el Premio Xavier Villaurrutia.

No puedo reconciliarme con el hecho de haber perdido en dos días a Antonio Alatorre y a Alí Chumacero, dijo José Emilio Pacheco. “Descubrí la poesía del siglo XX en la dificultad estimulante de Palabras en reposo (1956). Los libros de poesía son más que efímeros. El de Chumacero tiene 54 años y parece escrito hoy mismo. Es como una estela que se levanta en un bosque de niebla y está rodeada de silencio por todas partes. Silencio que habla, oscuridad que ilumina. No alcanzo a vislumbrar cómo será para mí el mundo si ya no están en él Antonio Alatorre y Alí Chumacero.”

En palabras de Fernando del Paso: Alí siempre fue un gran poeta: un gran amigo, quien siempre se distinguió por brindarnos no sólo su sabiduría, sino sus consejos, un hombre muy afable, muy accesible; yo tuve el privilegio de participar hace un año en un homenaje en Guadalajara con la lectura de algunos de sus más bellos poemas.

Conocí a Alí Chumacero con Manuel Calvillo, era en la calle de Londres, en la colonia Juárez, recordó Elena Poniatowska, quien por la tarde asistió a la funeraria. “Él iba caminando, me pareció un hombre guapísimo, todas las mujeres se morían por él, especialmente una periodista muy reconocida en aquella época y muy valiente, Elvira Vargas. Era un hombre siempre de enorme alegría, muy positivo, siempre le veía a todo el lado risueño y bueno. Su actitud ante la vida era la de un sabio; tenía la mejor biblioteca que uno pueda imaginarse, era una maravilla. Tenía juicios muy agudos y muy certeros sobre la obra de los demás: un gran editor.

El poeta Hugo Gutiérrez Vega definió la obra de Chumacero como breve, ajustada, exacta; una de las más ricas de la poesía mexicana contemporánea. Alí nos enseñó que lo bueno, si es breve, es dos veces bueno. Y escribió dos o tres poemas fundamentales para la lírica mexicana contemporánea. Lo único que le reprocho es que no haya cumplido su promesa de morir a los 200 años, asesinado por un marido ofendido.

Alí, dijo a su vez Carmen Boullosa, “era un gran conversador –maestro de un arte que no se valora lo suficiente–. Lo recuerdo lleno de alegría ante todo. De mirada pícara y curiosa; era siempre como un muchacho, un joven que derrotaba todo con la risa”.

Fue justamente la risa, su humor, lo que resaltaron en la antesala de la funeraria sus hijos Guillermo y Luis, quien dijo a La Jornada que las cenizas de su padre permanecerán en México.

Hasta el último momento luchó mucho, relató Guillermo Chumacero. Una lección padrísima es que fue un hombre muy vital, con enorme sentido del humor hasta sus últimos momentos. Murió el viernes a las 10, 10:15, sedado, no sufrió; murió de pulmonía. Fue un hombre muy cariñoso, muy afable, y algo que recordaré siempre de él es ese sentido del humor y habernos estructurado mucho para disfrutar la lectura. El valor de hasta el último momento de disfrutar de la vida en todos los sentidos eso es algo que se va a quedar en mi corazón siempre.

Nos enseñó a ser generosos, bondadosos y a saber reír, eso es muy importante, hay que saber reír y pasarla bien, y querer a la gente, dijo por su parte Luis Chumacero.

Aún no saben qué pasará con su biblioteca, en la que llegó a reunir 40 mil volúmenes.Además están terminando de poner orden en su archivo fotográfico, en el que se encuentran fotografías familiares, relaciones con sus amigos y de sus viajes. Será esta semana cuando veré en sus cuadernos y sus archivos si es que tiene algo. Había dejado unas notas, nada más. Creo que finalmente había publicado todo lo que tenía que publicar, adelantó.

Consuelo Sáizar refirió la posibilidad de el CNCA adquiera la biblioteca, una de las más formidables a las que haya tenido acceso. Desde hace tiempo veníamos hablando de preservarla, como la de José Luis Martínez, que era su gran amigo.

La de Alí es una obra impecable, con factura de clásico, no pareciera estar en ningún tiempo, y tiene una hondura en sus imágenes, en su calado filosófico; grandes poemas de amor, metafísicos sobre el sentido de la existencia, de la razón de estar en este mundo. Sin embargo era un hombre que estaba en el mundo también: le gustaba hablar de política, de los toros, de las mujeres. Fue un gran bebedor, muy devoto de sus amigos, que tuvo la tristeza de verlos ir antes que él, destacó Joaquín Diez Canedo, quien hizo un reconocimiento a la labor editorial de Chumacero y mostró otra de las facetas del poeta: Fue uno de los mejores escritores de solapas del FCE.

El poeta Eduardo Lizalde recordó así a Alí Chumacero: Eminente poeta, eminente editor, sabio; un poeta de los más importantes. Miembro de una de las generaciones más brillante de la segunda década del siglo XX, la de Arreola, Rulfo, la del mismo Octavio Paz, y toda una gran cantidad de celebridades importantes. Toda su poesía es magnífica, no es una obra extensa, pero es perfecta, decía que era el mago de la poesía mexicana. Es uno de los poetas, junto con Octavio Paz, que forman lo más granado y brillante de la poesía mexicana en el siglo XX. A ellos debemos cualquier cosa que hayamos podido hacer en las décadas posteriores.