Guanajuato, 23 de octubre. La leyenda de la música afrocolombiana Totó La Momposina devolvió el espíritu cervantino a la ciudad de Guanajuato con sus cumbias, bullerengues, sones y tamboras, que interpretó la noche del viernes en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas.

Totó, acompañada por su orquesta, hizo su presentación en la versión 38 del Festival Internacional Cervantino (FIC) y ofreció un espectáculo de luz y color al interpretar canciones como La candela viva, La perla, Margarita, El güere güere, El gallo tuerto, Fiesta vieja, Mapalé prende la vela y Cosas pa’ pensar, entre otras.

A ritmo de tambores, gaitas indígenas y percusiones, el público bailó y cantó durante dos horas la música colombiana. La cantante hizo vibrar Guanajuato con su voz y conquistó el corazón de los mexicanos, quienes no dejaban de gritar para solicitar otra canción.

¡Qué viva Colombia! ¡Qué viva la música de América! ¡Qué viva México! y ¡qué viva la música de la la identidad!, gritó la cantante en la Alhóndiga, mientras el público bailaba y coreaba sus canciones.

Totó La Mamposina dijo que lo más importante en la vida es la identidad, saber quien es uno y a qué vino a la Tierra.

La cantante regresó al FIC después de casi 20 años, para compartir con los mexicanos la herencia de ritmos afrocolombianos que aprendió en su natal Mompox, isla ubicada en el río Magdalena.

En 2007, la intérprete fue galardonada con el Premio Nuestra Tierra, como mejor artista folclórica y Personaje de la Década en la Cultura.

Al repique de tambores, la matriarca de la música tradicional colombiana entregó su amor y corazón al público, al cantar Amanecí otra vez, de José Alfredo Jiménez.

En una noche mágica, Totó ofreció lo mejor de su repertorio, que ha hecho vibrar a millones de espectadores en todo el mundo desde hace 50 años.

La artista colombiana, criada en una familia de músicos, ya que su padre era percusionista y su madre cantaora y bailarina, ha recorrido diversos pueblos de la costa en busca de leyendas, tradiciones, instrumentos, ritmos y canciones, que comparte con el público en cada presentación.

Con su portentosa voz, sus candentes movimientos y con los aplausos del público, Totó iluminó la fiesta cervantina y convirtió la Alhóndiga de Granaditas en gran salón de baile.