Morelia, 23 de octubre. Las marimbas del infierno, cinta dirigida por Julio Hernández Cordón, se alzó con el premio Ojo al mejor largometraje, en la octava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, por el modo tragicómico de representar a unos quijotescos soñadores que nos permiten imaginar que es posible hacer cine, a pesar de todo, según el jurado.

En esta misma sección, la cinta Tierra madre, de Dylan Verrechia y Aideé González, recibió mención honorífica.

El mejor largometraje documental mexicano fue para El varal, de Marta Ferrer; las consideraciones del jurado fueron por su evocación cinematográfica sobre las luchas económicas y humanas de una comunidad en constante cambio.

Por otro lado, el premio del público fue para Acorazado, de Álvaro Curiel.

En la sección de mejor cortometraje de ficción fue galardonado La mirada de oro, de Jaques Bonnavent; además, se otorgó una mención especial en esta categoría a Busco empleo, de Francisco Valle.

El premio al mejor cortometraje de animación fue para Ponkina, de Beatriz Herrera.

En el concurso michoacano de guión de cortometraje y sección michoacana, los premios fueron otorgados a Un exorcismo, de Guadalupe Eduviges del Río Pimienta, y a Amaren Ideia, de Maider Oleaga.

Otro trabajo premiado en mejor documental mexicano realizado por una mujer fue para Sarah Minter por Nadie es inocente veinte años después.

El galardón al mejor cortometraje documental mexicano fue para Carne que recuerda, de Dalia Huerta Cano.

La película que clausuró el certamen corrió a cargo de Sophia Coppola, Somewhere.