La Pequeña Camerata Nocturna reúne a artistas cuyo único fin es compartir el arte sonoro
puro amor al arte: Rivero Weber
La orquesta ofrecerá un concierto hoy en la sala Silvestre Revueltas; el pianista, director invitado
Lunes 25 de octubre de 2010, p. a11
En México existen muy pocos ejemplos de músicos que se reúnan por el puro gusto de tocar, por eso hay que celebrar proyectos como el que impulsan Gabriel Camacho y la orquesta La Pequeña Camerata Nocturna, quienes, sin cobrar un solo centavo, se juntan con el único propósito de compartir la música, explica Gustavo Rivero Weber.
El pianista será el director invitado en el concierto que la agrupación ofrecerá hoy, dentro de su temporada 2010, en su ciclo dedicado a Ludwig van Beethoven. Son entre 35 y 40 músicos provenientes de la Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Sinfónica Nacional, las Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, la Orquesta Sinfónica de Michoacán, la Orquesta Filarmónica de Toluca y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes.
Ellos se juntan en sus ratos libres, generalmente por la noche (de ahí el nombre de su orquesta), para ensayar, con el propósito fundamental de difundir un repertorio camerístico, desde el barroco al contemporáneo.
Sobre todo, es puro amor al arte. Ya llevan siete conciertos y van a continuar, porque se trata de la camaradería musical, sin ningún fin de lucro, algo que hace mucha falta en el país
, agrega Rivero Weber, quien luego de una fructífera trayectoria como pianista comienza a hacer sus pininos como director de orquesta.
El también titular de la dirección de música de la Universidad Nacional Autónoma de México explica que hace poco más de un año se decidió, ya en serio
, a incursionar en esa otra disciplina, luego de varios años como intérprete de piano y luego de haber grabado cinco discos con piezas mexicanas, latinoamericanas y europeas, entre ellos uno con la música del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
Rivero Weber tomó un curso de dirección de orquesta con Gustav Meier, “pero sé que los directores se hacen en el podio, no hay otra manera, por eso decidí empezar a dirigir. Un director no se hace frente al espejo o dirigiendo el disco. No obstante, hay muy pocas orquestas; los directores tienen instrumentos muy limitados, cuartetos o sextetos, pues tener una orquesta grande es muy difícil, es un campo muy limitado.
pero sé que los directores se hacen en el podio, señalóFoto Roberto García Ortiz
“Por eso agradezco muchísimo la invitación a La Pequeña Camerata Nocturna. He estado dirigiendo la Orquesta Sinfónica Juvenil de Toluca. Para mí es un honor intentar iniciar mi carrera como director con excelentes músicos profesionales, a quienes hay que convencer.
“Tengo mucho trabajo por delante; en cuanto a técnica, eso es lo difícil, pero es muy gratificante que músicos tan buenos me den la oportunidad de hacerlo. Cualquier gran intrumentista podría probar la dirección, sí se puede: la dirección es una cuestión de técnica gestual, de tener una idea musical y conocer la partitura que se va a dirigir; eso es lo esencial.
Es un gran reto. Los directores se hacen después de muchos años. Con este concierto intento conformar una idea musical de lo que es Beethoven para mí, así como acompañar de la mejor manera posible a nuestros dos solistas, el contrabajista Eliezer Paredes y el clarinetista Baltazar Chavarría.
Las piezas que interpretarán son Las Hébridas, de Mendelssohn; un dúo concertante de Bottesini, y la Octava Sinfonía en F mayor, opus 93, de Beethoven.
Rivero Weber reiteró que “hay que apoyar este tipo de iniciativas, ya que no es frecuente que 30 o 40 músicos se reúnan por puro gusto. Es un proyecto que puede tener un impacto más grande. Los conciertos son los lunes y tienen buen público a pesar del día, pues existen personas que buscan la buena música.
“Ojalá que sean más los intérpretes que piensen que hacer música de esta manera es gratificante, que no se trata de ir a un lugar sólo por la paga y estás a fuerza en los ensayos. Esta actitud le da un plus a la música. Espero aprender mucho de ellos durante el concierto, hacer que la sinfonía se escuche bien y, por supuesto, emocionar al auditorio”, concluyó el pianista.
La cita es en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yolliztli a las 20 horas. La entrada es libre.