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En la obra galardonada describo utopías para soportar lo cotidiano, dice Claudia Piñeiro

Autora argentina gana el Premio Sor Juana Inés de la Cruz de la FIL de Guadalajara

Las grietas de Jara, crítica despiadada sobre el deterioro de las relaciones humanas: el jurado

 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de noviembre de 2010, p. 5

Las grietas de Jara (Alfaguara, 2009), novela sobre esas uto-pías que tenemos muchos para soportar lo cotidiano, según su autora, la escritora argentina Claudia Piñeiro (1960), fue galardonada con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, otorgado por la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el cual le será entregado el próximo primero de diciembre en el curso de ese encuentro editorial.

Es un premio de esos que yo quería ganar, no este año en particular, pero vos sabés que te gustaría en algún momento. Para las escritoras en lengua española es el más importante, con muchos años de prestigio, dice vía telefónica desde Argentina sobre el reconocimiento, instituido en 1993 para reconocer novelas escritas por mujeres.

El jurado, integrado por Malena Mijares, Sandra Lorenzano y Martha Cerda, argumentó: Es un ejercicio de crítica despiadado que retrata el deterioro de las relaciones humanas.

Monotonía y fantasías

Caludia Piñeiro señala que escribir es un acto de comunicación que se completa en la cabeza del otro, de lo que muchas veces no te enteras. La lectura de este jurado me gustó mucho, pues al parecer tiene que ver con lo que me interesa de la novela.

Respecto de esa obra, expone: a veces se habla sobre el tema, pero los escritores lo que hacemos son historias. En este caso es la de Pablo Simó, un arquitecto que trabaja desde hace 20 años en un despacho y lleva casi los mismos de casado, no le conmueve ninguna de las dos cosas, pero tampoco está angustiado. Tiene una vida monótona y no se detiene a pensar en si es feliz.

Cada mañana en su oficina dibuja el mismo boceto del edificio que construirá algún día cuando renuncie al despacho y con el rabillo de los ojos mira a una compañera de trabajo que le conmueve y dice: si algún día mi mujer se muere, intentaré algo. Esas eran sus dos fantasías, pequeñas utopías que cada día hacen que nos levantemos.

Un día, una mujer joven, de zapatillas negras, entra al despacho y pregunta a Simó por Nelson Jara, y justamente sabe que está enterrado debajo de uno de los edificios que han construido. Esta chica llega a replantear su trabajo y su parte afectiva, relata la autora de Tuya (2005), su primera novela, y Las viudas de los jueves (2006), esta última un éxito editorial llevado a la pantalla grande.

El jurado también destacó el vínculo con lo mejor del género policial, ligado en ocasiones anteriores al trabajo de Piñeiro, quien al respecto manifiesta: Siempre hay una muerte, está el enigma y la búsqueda de la verdad y el suspenso, pero yo no creo que son novelas policiales típicas, porque necesitan cierto rigor, se desplaza la pregunta de ¿quién lo mató?, porque uno lo sabe desde un principio.

Contadora de profesión, que un día decidió dedicarse por completo a las letras, la también dramaturga y guionista dice que aunque dio un giro a su vida, al igual que el protagonista de la novela premiada, no es una obra autobiográfica, porque a mí no me pasó lo que a Pablo, pero en general muchos de los personajes, no sólo los protagonistas, que andan por ahí tienen que ver con uno, con cosas que uno conoce. Yo tengo una edad parecida y ciertos planteamientos también me los hago.