Páginas de Espuma publica Oficios ejemplares, primer libro de relatos de la autora
como tomar una siesta, pero despiertos
El volumen reúne 14 “pequeños flashazos sociológicos de lo que ocurre en la sociedad”
Miércoles 10 de noviembre de 2010, p. 7
Los cuentos son para los que desean un mundo paralelo, para quienes se quieren salir del momento en que están, dice la escritora Paola Tinoco, quien este miércoles presenta su oópera prima titulada Oficios ejemplares, que reúne 14 cuentos, publicada por la editorial Páginas de Espuma.
Con eso de salirse del momento no quiero decir que se quieran matar o dejar de vivir donde viven, sino perderse en ese mundo paralelo durante 20 minutos, leer algo en ese tiempo y después regresar muy fresco a lo que están haciendo.
–Entonces, los cuentos son como siestas.
–Exacto, como tomar una siesta, pero despiertos.
Hace poco más de un año, Paola Tinoco realizó la antología del libro De lengua me como un cuento (Axial), en el que reunió a 19 escritores latinoamericanos, y ahora le toca a ella su turno.
“Siempre me he entendido muy bien con la narrativa. Cuento las historias desde que estaba chiquita, los diálogos se me dan mucho, no sé por qué; quizá porque hablo mucho. (Escribir Oficios ejemplares) ha sido como nadar, como esos niños que los tiran al agua y comienzan a patalear y bracear. Cuando comencé a escribir fue así de natural, sobre todo, porque me aburría; si no me gusta lo de afuera, creo un mundo en una página, paralelo.”
Oficios ejemplares nació en una servilleta hace tres años: esa servilleta fue el acuerdo de publicación del libro en Páginas de Espuma. Hasta ese momento, dice Tinoco, no se había planteado la idea de un libro de cuentos, aun cuando había publicado algunos en revistas, pero como pasatiempo.
“Escribo cuento desde que sé escribir. El primero fue una carta inventada a la maestra para que no me regañara; le inventé los motivos por los cuales no debía regañarme y acabó como un cuentito de una cuartilla que mi mamá guardó durante mucho tiempo.
“Lo leí años después y me acordaba perfecto. Yo tenía seis o siete años, y escribí ‘ciero’ en lugar de quiero. Desde entonces escribo, pero con ánimo de publicar creo que hasta hace tres años, cuando hice el chiste al editor. Ni siquiera sabía que me iba a aventar, porque llevo ocho años trabajando con escritores (como representante de Anagrama en el país) y estar del otro lado siempre te hace ver la publicación cerca y lejos. Pensé que eso no iba a pasar. Cuando firmé la servilleta, dije: ‘¿qué tal que fuera verdad?’ Empecé a imaginar el libro y me di cuenta de que no estaría tan mal sentarme a escribir.”
Recompensa rápida
“Me gusta el cuento –prosigue Tinoco–, leerlo como escribirlo, porque soy hiperactiva. Me gusta mucho leer, pero también espero una recompensa rápida y esa es una de las virtudes del cuento. Para quienes no tienen ganas de encerrarse a leer un novelón, entonces pueden hacerlo para leer cuentos y tienen la rápida recompensa de una buena historia en poco tiempo y luego se van a convivir con las personas.
A mí me pasó un poco esto también. Sí leo novelas, pero me desespero si no llego a algo rápido; y la lectura del cuento, para mí como para el resto, me parece algo altamente recomendable: es un género en el que se pueden hacer muchas cosas y como escritor te tiene que retar a lograr la historia perfecta en poco tiempo. Debe ser un círculo perfecto, porque si es una historia cortita y nadie se acuerda de ella después de leerla, no valió nada.
En Oficios ejemplares hay de todo, algunos textos son inventados, otros existen: Cenicienta humillada
, Rezandera
, Buzo de cementerio
, La esposa del escritor
, Jefa de prensa
, Soñatriz
, Lavacoches
, Ladrón de libros
, Niñera Sagrada
y así hasta sumar 14.
Son, dice la autora, pequeños ı sociológicos de lo que ocurre en una sociedad, independientemente de si es en México o Gran Bretaña
.
Oficios ejemplares se presentan hoy a las 19:30 horas en la librería Rosario Castellanos (Tamaulipas 202, esquina Benjamín Hill, Colonia Condesa). Participan Daniel Sada, Sergio Zurita y la autora.