La diabetes mellitus tipo 2, que tradicionalmente afectaba sólo a los adultos, ya está presente en los niños. En el Hospital General de México, de cinco años a la fecha se han reportado 600 casos de esta alteración metabólica en menores de 18 años, aseguró Sara Arellano, jefa del Departamento de Endocrinología del nosocomio.

Señaló que la totalidad de estos pacientes llegó al hospital con problemas de sobrepeso u obesidad, y niveles de glucosa en sangre por arriba de 150 mililitros por decilitro (ml/dl) y hasta 200 ml/dl.

La especialista advirtió sobre la importancia de que las personas asimilen el riesgo en que se encuentran niños y adultos cuando incrementan su peso corporal. La diabetes es la principal causa de muerte en el país y también origina graves complicaciones que deterioran la calidad de vida, entre otras: ceguera, insuficiencia renal crónica y amputación de extremidades.

En conferencia de prensa en la que el laboratorio farmacéutico Boehringer Ingelheim presentó un nuevo medicamento para el control de diabetes, la especialista señaló que la enfermedad afecta a un número creciente de personas en todo el mundo, alrededor de 220 millones de individuos. La cifra llegará en 2025 a 300 millones y México se encuentra en la lista de países con la mayor prevalencia.

Alrededor de 14.4 por ciento de los mexicanos padecen la enfermedad y hay cada vez mayor número de niños afectados. Sobre estos últimos, mencionó que uno de los principales síntomas de la alteración es el desgano, el cual se manifiesta como somnolencia durante el día y desánimo. Cuando los niveles de azúcar son muy elevados, los pacientes también empiezan a levantarse en las noches para orinar.

Uno de los principales retos en la atención de la diabetes, es que a pesar de que existen diferentes alternativas de medicamentos, las cuales están disponibles en el país –más de 85 por ciento de los enfermos toman algún tratamiento oral–, los pacientes no logran un nivel de control glucémico.

Lo anterior tiene varias explicaciones, destacó Arellano, y mencionó por ejemplo que los efectos colaterales de algunos fármacos en el sistema gastrointestinal o el incremento de peso favorecen la falta de apego a las terapias. En otros casos, el riesgo de que las medicinas provoquen falla renal también hace que los pacientes desistan de tomar sus tratamientos ante ese temor.