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La OFCM realizará el estreno mundial de Un réquiem mexicano, obra de la compositora

Más que festejar, reflexionemos sobre la trágica realidad: Marcela Rodríguez

No me refiero solo a México, sino a la violencia propia de la naturaleza humana, dice

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Marcela Rodríguez en la sala Silvestre Revueltas, ayer, durante la charla con La JornadaFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de noviembre de 2010, p. 4

Más que celebraciones o festejos, lo que México necesita ahora es reflexionar sobre la trágica realidad que impera en el país, así como dolerse por sus muertos y honrarlos.

A partir de esa convicción, la compositora Marcela Rodríguez escribió Un réquiem mexicano, cuyo estreno mundial tendrá lugar este fin de semana a cargo de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM).

Con la dirección huésped de José Areán, el programa incluye Las ofrendas olvidadas, de Olivier Messiaen, y Patética, la sexta sinfonía de Piotr Ilich Chaikovski.

¿Por qué un réquiem?, pues porque es un tipo de obra que se hace cuando alguien muere y, desgraciadamente, queda muy bien en este momento, porque estamos de luto en este país, con tanta muerte, explica la autora.

Creo que es el momento de hacer un homenaje luctuoso, no se me antoja hacer otra cosa, ante la situación. Más que fiestas del bicentenario y el centenario, nos hace falta un réquiem para llorar a nuestros muertos, que son muchos todos los días.

Dolor y funestos presagios

En entrevista efectuada ayer, durante el ensayo que la OFCM realizó de Un réquiem mexicano, Marcela Rodríguez aclara que si bien se trata de un oratorio, el título de réquiem en su partitura tiene que ver también porque en ella se retoman dos cantos o poemas tristes de origen nahua, conocidos como Icnocuícatl, que hacen referencia a la matanza de los mexicas por los conquistadores españoles.

La obra, de hecho, está basada en el libro Visión de los vencidos, textos de la recopilación de fray Bernardino de Sahagún sobre la conquista de México, y editados después por Miguel León-Portilla. Ello explica porqué a lo largo de sus siete movimientos se alternan partes en náhuatl y en español.

Con duración aproximada de 30 minutos, Un réquiem mexicano fue concebido para orquesta sinfónica completa, con énfasis en las percusiones, coro y tres cantantes solistas: una soprano, que hace las veces de La Llorona y luego la Malinche; un tenor, en el papel de Moctezuma, y un contratenor que encarna a Tezcatlipoca.

El coro representa al pueblo mexica, que lamenta su dolor ante los funestos presagios sobre su ocaso y luego ante la matanza perpetrada por los conquistadores.

La idea de componer una obra basada en Visión de los vencidos tenía muchos años en la mente de Marcela Rodríguez, al remontarse a su época de estudiante en el Conservatorio.

Sin embargo, hasta hace cinco años comenzó a darle forma, a raíz de un encargo que le hizo el Festival Internacional Cervantino para crear una obra de gran formato.

Tras aclarar que el material sonoro de este réquiem es muy contemporáneo, sin referencias ni citas a la música tradicional mexicana, la compositora niega que detrás de esta creación exista un trasfondo político.

Lo que hay es una reflexión humana, a través de la historia, de la violencia, de cómo el mundo es violento. No estoy refiriéndome solo a México, sino a esa condición de violencia que rige la naturaleza humana, a cómo la pinche especie a la que pertenecemos es muy violenta, precisa.

“Nada tiene que ver la historia de Visión de los vencidos con la que vivimos ahora, excepto en lo violento del ser humano. En esta obra, pues, no expreso una posición política, aunque tengo una muy clara.

Pienso que la pobreza extrema en la que vive el país es un caldo de cultivo para que haya sicarios por 3 mil pesos, para que haya matanzas por dinero. No es gratis esta realidad.

La interpretación de Un réquiem mexicano contará con la participación, como solistas, de la soprano Verónica Murúa, el tenor Jorge Reynoso y el contratenor Emmanuel Pool, además del ensamble coral Bel Canto y la Massa coral del Orfeo Catalá de México.

Los conciertos de la OFCM serán el sábado y el domingo a las 18 y a las 12:30 horas, respectivamente, en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela).