Poco usual en el lanzamiento de una nueva obra editorial, la noche del miércoles se llevaron las palmas por igual el autor de la monumental Cronología de las Intervenciones Extranjeras en América Latina, Gregorio Selser (1922-1991), y el equipo de manos y mentes que la hizo posible. Un pequeño ejército loco, lo llamó Irene Selser, hija del periodista y escritor, recuperando el nombre de su segundo libro sobre la lucha de Augusto César Sandino en Nicaragua, para calificar al colectivo de historiadores, archivistas, correctores, redactores, capturistas y diseñadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) que tuvieron bajo su responsabilidad la revisión integral y el armado de esta crónica enciclopédica.

El nombre Selser tuvo poder de convocatoria. La sala de exposiciones del plantel Del Valle de la UACM se colmó. Tres embajadores latinoamericanos –la argentina Patricia Vaca Narvaja, el boliviano Jorge Mansilla y el uruguayo Rodolfo Camarosano– asistieron a la presentación, encabezada por la rectora Esther Orozco.

Hubo también un reconocimiento a varias voces a esta institución capitalina, que sin contar con los recursos que tienen otras universidades que en su momento albergaron los archivos y bibliotecas de Selser, sí tuvo la visión y la audacia de apostar por las dos obras mayores que constituyen el legado del emblemático periodista: lo que es hoy el Centro Académico de la Memoria de Nuestra América (Camena) y la publicación de la Cronología. Una apuesta que los presentadores coincidieron en calificar como quijotesca.

Stephan Austin Hasam, colaborador de Selser durante años, señaló que la cronología, editada en cuatro tomos, hace honor a Mnemósine (memoria), la madre de las musas. Una de sus hijas es justamente Clío (historia). “Sin memoria –dijo el historiador– rige el estado salvaje y la obscuridad”. Esta obra, justamente, actúa como memoria, como agente civilizatorio.

Otra presentadora, Mónica Toussaint, investigadora del Instituto Mora, convino que hoy, más que nunca, en un momento en que Estados Unidos se ha convertido en la potencia hegemónica a escala mundial y cuando se sigue arrogando el derecho de intervenir en los destinos de los países del continente y del resto del mundo, resulta de lo más pertinente volver los ojos a la historia de las intervenciones extranjeras en América Latina, para permitir que ésta interpele nuestro presente y nos lleve a buscar caminos para enfrentar el impacto de las agresiones externas.

Por su parte, el filósofo Horacio Cerutti recalcó la vigencia de una crónica documentada como ésta, en un momento en el que, y no por casualidad, se reactiva la Cuarta Flota del Comando Sur estadunidense y programa un nuevo recorrido por los litorales sudamericanos, se consuma un nuevo golpe de Estado en Honduras, se ensaya otra modalidad golpista en el laboratorio de Ecuador.

Inspiración y esfuerzo

En sus respectivas intervenciones, cada uno de los presentadores recordó la imagen de Gregorio Selser volcado en su enorme tarea, con mucha inspiración, pero mucho más esfuerzo, armando un tinglado de dos siglos de historia latinoamericana con la dedicación de un relojero que –rememoró su hija Irene– también fue uno de sus oficios tempranos. Y fue recordada su esposa Marta Ventura, mano derecha de la labor titánica, que a mediados de los años 80, concebida ya la idea de sistematizar el inmenso archivo, tuvo su primera computadora, donada por el entonces director de La Jornada Carlos Payán. Hoy, residente en Managua, Marta es ya toda una abuelita cibernética y antenoche estuvo presente en la UACM con un bello mensaje enviado por Internet.

Finalmente, Irene leyó un texto que hace 18 años escribió un poeta boliviano, llorando a lágrima viva el día después de la muerte del autor de al menos dos libros esclarecedores sobre su patria, La CIA en Bolivia (1970) y Bolivia, el cuartelazo de los cocadólares (1982). El poeta es hoy embajador en México. Los versos de Coco Manto, tal es su nombre de pluma, están publicados en su libro Con premeditación y poesía.

Y dicen:

Gregorio Selser, tu incesante pluma /ajena a los trabajos de la espada /saca sangre de esta hoja desarmada, /doblada en duelo y escrita en la bruma.