Ofrecen tratar el tema el año próximo; no hubo jonrón: Obama
Sábado 13 de noviembre de 2010, p. 23
Seúl, 12 de noviembre. La cumbre que reunió a los 20 principales responsables de las economías más importantes del mundo concluyó este viernes con la postergación del tema central que tensó el encuentro: las diferencias entre Estados Unidos y China por la política monetaria de este último que mantiene subvaluada su moneda para obtener ventajas comerciales. En los hechos, el único avance sustancial
fue obtener el compromiso de su discusión a fondo en 2011.
Los líderes fueron incapaces de lograr un consenso para determinar cuándo los desequilibrios globales representan una amenaza para la estabilidad económica, por lo que se comprometieron a discutir el tema en el primer semestre del año próximo.
Sólo agendar la discusión parece ser insuficiente para los principales actores involucrados y en especial para Estados Unidos. Barack Obama subrayó que lo único claro es que el tema de la subvaluación del yuan no está resuelto. A pesar de ello confío en que está próxima la decisión de que la moneda china alcance su valor real en el mercado.
Los tipos de cambio deben reflejar las realidades económicas. Las economías emergentes necesitan permitir que el valor de todas las monedas sea fijado por el mercado
, dijo Obama y agregó que sobre ese tema conversó con el presidente de China, Hu Jintao. Vamos a estar siguiendo de cerca la apreciación de la moneda china
, señaló.
El mandatario estadunidense definió los alcances de la reunión en Seúl con una metáfora beisbolística en relación con los objetivos estadunidenses del encuentro: a veces en vez de ir con jonrones hay que acudir a los sencillos
.
Esto fue interpretado como una exitosa resistencia de China ante las presiones para que revaluara el yuan en la coyuntura actual al conferirle mayor tiempo para su discusión. El acuerdo
sólo posterga la discusión para 2011, en la cumbre del G-20 que se efectuará en Francia, con la expectativa de que para entonces, el añejo diferendo entre Estados Unidos y China pueda resolverse de fondo y con ello atajar las implicaciones globales que tiene el creciente déficit comercial estadunidense frente al superávit que mantienen los chinos con esta política que le reditúa enormes ventajas comerciales.
Al dar a conocer los alcances del encuentro, el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak dijo que se consensó el denominado plan de acción de Seúl, en el cual se resumen un conjunto de acciones globales para consolidar la recuperación económica mundial, entre ellas, un nuevo marco de regulación que asegure un sistema financiero más sólido para evitar excesos ocurridos en el pasado y obtener una mayor capacidad de respuesta a las necesidades económicas mundiales.
Myung-Bak subrayó que como parte de este conjunto de acciones, una de las más relevantes es la reforma al esquema de operación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en varios sentidos, entre ellos, dotarle de la capacidad de intervenir en momentos coyunturales que le permitan financiar a diversos países al mismo tiempo.
Más adelante, advierte que se reconoció la importancia de enfocar las acciones hacia los aspectos más vulnerables que dejó la crisis, en especial, reactivar la generación de empleos, colocando este rubro como una prioridad en la conducción económica. Myung Bak dijo que si el replanteamiento del organismo financiero es exitoso, se podrían crear 25 millones de nuevos empleos a nivel mundial en los próximos años.
En el comunicado firmado al final de la reunión –la quinta del G-20 desde que la crisis financiera internacional estalló en 2008–, los líderes se comprometieron a avanzar hacia tipos cambiarios determinados por el mercado, en una referencia a China y su estrecho manejo del yuan.