Roma, 13 de noviembre. La mayoría de los museos, parques arqueológicos y bibliotecas de las ciudades italianas, entre ellos los palacios Ducal de Venecia y el Viejo en Florencia, protestaron simbólicamente contra los recortes a la cultura anunciados por el gobierno del conservador Silvio Berlusconi.

Con este movimiento pedimos que se abroguen las graves medidas adoptadas por el gobierno y que tienen efectos catastróficos para la cultura, expresó Umberto Croppi, asesor sobre cultura de la alcaldía de Roma, quien se adhirió a la protesta pese a formar parte de la coalición oficial.

Este movimiento es de todo el personal de la cultura, de izquierda o de derecha, comentó Roberto Grossi, vocero del Federculture, sindicato del sector.

La mayoría de los museos romanos y bibliotecas abrieron con retardo, repartieron volantes o abrieron gratuitamente como una forma de protesta.

Entre los museos más prestigiosos que permanecieron cerrados figuran la Trienal de Milán y el Nacional del Cine de Turín; en el Mambo de Bolonia fueron cubiertos con telas blancas todas las obras de arte moderno.

Más de mil entidades culturales se unieron a la iniciativa, informaron los organizadores durante una conferencia de prensa.

El gobierno de Silvio Berlusconi aprobó un recorte para los próximos tres años de 280 millones de euros al sector de la cultura y la reducción en 80 por ciento de los gastos para exposiciones y actos.

Para el gobierno italiano el arte y la cultura son sólo la cereza que decora el pastel. Si retiras la cereza te puedes comer el pastel. Pero es que no se han dado cuenta que el arte es el pastel de este país, comentó Marco Magnifico, dirigente de la organización para la protección del arte y el medio ambiente FAI.