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El director de Bienvenido Mr. Marshall tenía 89 años y padecía Alzheimer

Falleció Luis García Berlanga, genio del cine de España

Sus películas retrataron con ironía la realidad de la posguerra y la dictadura franquista

Se ganó un merecido lugar a la par de Luis Buñuel, afirma el cineasta Álex de la Iglesia

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Aspecto del funeral de Luis García Berlanga, en la Academia de Cine de EspañaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 14 de noviembre de 2010, p. 9

Madrid, 13 de noviembre. A los 89 años y erigido como el último gran genio del cine español, Luis García Berlanga murió hoy después de permancer los últimos años en una silla de ruedas y de padecer los efectos del Alzheimer, situación que lo mantuvo alejado de los rodajes.

Algunas de sus películas, sobre todo las de su primera etapa, como El verdugo, Bienvenido Mr. Marshall y Escopeta nacional, retrataron con ironía, perspicacia y mordacidad la España lúgubre de la posguerra y la dictadura.

García Berlanga murió tranquilamente, según los familiares que lo acompañaron los últimos años en una lucha contra una enfermedad que poco a poco se fue apoderando de sus recuerdos, de su memoria. Por eso se apartó del mundo del cine y vivió con discreción, alejado de los estudios y rodeado de los suyos.

La última vez que hizo una aparición pública, en julio pasado, fue excepcional, cuando acudió en silla de ruedas a la inauguración de una sala de cine con su nombre. Ahí demostró una vez más por qué ha sido y es uno de los cineastas más queridos de España, y se le ha elevado a los sitios de los genios junto con Luis Buñuel: cuando se abrió la sala se limitó a dibujar con su mano derecha una lágrima en la cara.

Trayectoria

El gran Berlanga, como se le conocía, nació el 12 de junio de 1921, en el seno de una familia conservadora de Valencia pero próxima a la Segunda República, lo que explica que una vez iniciada la guerra decidió suspender sus estudios en Suiza y sumarse a las tropas del bando republicano. El triunfo de los golpistas alzados con Francisco Franco lo obligaron a enlistarse unos años después y para evitar represalias, con la División Azul, en la que también combatió.

Terminada la convulsión social y bélica en Europa, García Berlanga pudo también recuperar la vida académica, por lo que inició estudios en derecho y filosofía y letras; sin embargo, cuando tenía 26 años decidió dar un giro en su vida y volcarse a su pasión vital: el cine. Ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid.

A partir de entonces inició su trayectoria en el séptimo arte. Su opera prima fue una obra cumbre del cine español, considerada por muchos críticos y directores uno de los retratos más fieles de la devastación y degradación moral, social y económica de la Guerra Civil y que, para sorpresa incluso del propio García Berlanga, superó –aunque con dificultades– los fuertes controles de la censura franquista. Se trata de Bienvenido Mr. Marshall, que realizó en colaboración con Juan Antonio Bardem, uno de sus principales mentores y cómplices en el cine, y con el dramaturgo Miguel Mihura.

Después, en la década de los años 60 y 70 continuó con una obra repleta de ironía, riesgos y mordacidad. Se alió con el brillante guionista Rafael Azcona; juntos, realizaron obras ahora fundamentales para la historia del cine español del siglo XX, como El verdugo, La vaquilla, La escopeta nacional y Plácido, entre otras.

García Berlanga se ganó un lugar en el cine español, al lado de Buñuel, de acuerdo con el actual presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, por otra de la características de su cine, su férrea defensa de la identidad de sus películas, que en aquella época eran constantemente amenazadas por los censores. Una dictadura que nunca lo quiso ni lo reconoció; al contrario, decía que Berlanga no es comunista, pero es un mal español, que en aquella época suponía uno de los insultos y descalificaciones más graves.

Una vez restaurada la democracia también se comenzó a reconocer la obra –por su calidad e importancia– de un cineasta que mantuvo su mordacidad e ironía. Entre los premios que recibió destacan el Príncipe de Asturias de las Artes, el Nacional de Cinematografía y haber sido hasta ahora el de presidente de honor de la Academia de Cine española.

Precisamente, a la sede de la academia fueron trasladados sus restos mortales para que recibiera el último homenaje de la gente del cine y de los amantes de sus películas.

La ministra de Cultura de España y guionista y directora, Ángeles González-Sinde, señaló que García Berlanga era uno de los grandes maestros españoles, quien reinventó el cine español con un arte original, propio y de alta calidad.

Álex de la Iglesia, presidente de la Academia, señaló que García Berlanga ha sido uno de los directores españoles más grandes de todos los tiempos, junto a Luis Buñuel.

La actriz Concha Velasco, quien protagonizó la última película de García Berlanga como director, París-Tombuctú, señaló que él está entre los tres cineastas más grandes de la historia junto a Federico Fellini y Billy Wilder. El actor Juan Luis Galiardo señaló por su parte que Berlanga fue un hombre inteligente, trasgresor y uno de los grandes del cine, que además tuvo la suerte de vivir la época dorada de este arte.

La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, añadió que Berlanga era el cineasta más inclasificable, el anarquista irónico y sentimental sin cuyas películas no se entendería la España de la segunda mitad del siglo XX.

Por último, el director Bigas Luna apuntó se ha ido el representante más importante del cine español por su capacidad de ironizar sobre cualquier drama.