Irredentos... no es un acto de vanidad, dice
Lunes 15 de noviembre de 2010, p. a18
Buenos Aires, 14 de noviembre. Rodeado de militantes, trabajadores e intelectuales, el escritor y profesor mexicano Carlos Ímaz Gispert presentó su libro Irredentos. Viaje en la memoria de un protagonista, en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), ubicada en el barrio de San Telmo de esta capital.
La presentación del libro, editado por Nuestra América y Encuentro por la Unidad Latinoamericana, estaba precedida por una fuerte expectativa que se evidenció en la sala colmada por figuras queribles y respetadas, así como una asombrosa cantidad de jóvenes.
Se trata del extraño libro de un protagonista cuyo nombre no aparecerá nunca, pero del que todos hablaban en murmullos y recuerdos. Y otros creían identificar en alguien que estaba fuertemente vivo en sus memorias.
Una voz que cuenta en off y otra que recrea y crea alrededor, logrando incorporar todos los géneros y duplicidades de lenguajes múltiples. Como dijo su autor, Carlos Ímaz, “no es testimonio, no es historia, no es novela, no es poesía, pero es todo eso. No es un libro que busca u ofrece disculpas (…) el protagonista no hace un ejercicio de vanidad”, dijo Ímaz
No es un libro apologético, no genera certidumbres (..) no es de historia ni una simple narración de hechos. No pretende ser objetivo
. Más aún, según el autor identificable porque el otro se oculta, los datos empíricamente demostrables no son importantes
, pero incorpora las sensaciones o anécdotas que dan sentido a la experiencia
.
En realidad sí es precisa su definición de que se trata de un texto narración lleno de amor por la vida
. Y es la vida de un hombre honesto sin concesiones
.
Ese halo de misterio y realidad del protagonista, que le imprime Ímaz a su narración, surge de inmediato al comienzo de la lectura y a lo largo de sus páginas. Se percibe en ellas una especie de ensoñación de una memoria que hurga de una manera extraña y cautivante en los más insólitos pasajes de un combatiente, un luchador, un andante. Y los alrededores de esa vida en círculos, en escapes, en prisiones, en descampados, en ciudades, en libros, en autores, en músicas. Hay un autor, el protagonista, sin duda, pero el otro que recrea formas y vuelos.
El ex ministro de Cultura de Venezuela Héctor Soto, quien presentó el libro que prologa, habla de un “tremendo relato histórico, poético novelado, ficcionado en algunos pasajes, que da cuenta del inmenso, pero a veces ingenuo valor de nuestros pueblos en la lucha por la liberación. Es un relato épico (aunque quiera negarlo el propio autor y actor de los hechos) que habla de acciones, triunfos, derrotas y operaciones militares tan insólitas que demuestran lo que dice Mark Twain en una de sus muchas frases citadas en el texto: ‘la verdad es más extraña que la ficción porque la ficción está obligada a apegarse a las posibilidades’”.
Toca Soto la honestidad, la ironía y el sentido de humor del relato y el desprejuicio que significa recontar lo vivido en la madurez.