Ninguna riqueza vale más que el patrimonio cultural, sostienen
Lunes 15 de noviembre de 2010, p. 31
Guadalajara, Jal., 14 de noviembre. El exhorto que el próximo jueves emitirá el Congreso local a la Secretaría de Economía (SE) para revocar la concesión otorgada a la minera canadiense First Majestic Silver en la zona sagrada de los huicholes o wixaritari se basa en la denuncia formulada en septiembre por grupos indígenas y ambientalistas, que proclamaron que el patrimonio cultural es más valioso que cualquier otra riqueza.
El jueves anterior, el diputado panista Gustavo Macías Zambrano promovió un punto de acuerdo para enviar el exhorto a la dependencia federal a fin de que analice el daño patrimonial que causaría la concesión minera y, tras avalarlo sin cortapisa, las fracciones representadas prevén que el pleno lo aprobará.
Esta decisión también pone en evidencia un proyecto carretero –al cual también se oponen los indígenas– para que la minera recién autorizada pudiera sacar su producción.
“El pueblo wixaritari conserva sus usos y costumbres desde hace miles de años, por lo que valoramos más la riqueza cultural que la material sin importar los beneficios económicos que se prometan, máxime si para obtenerlos es necesario destruir el patrimonio de sabiduría que representa la sierra de Catorce, lugar mágico donde nació el Sol.
Esperamos que el gobierno de México esté a la altura del conocimiento ancestral de sus pueblos y responda en consecuencia
, indicaron los firmantes del documento, fechado el 18 de septiembre.
Para el pueblo wixárika es esencial preservar su tradición y los sitios sagrados, que son Wirikuta y la sierra de Catorce, morada de los dioses donde surgen los conocimientos ancestrales, por lo que el anuncio de la entrada del proyecto minero de la First Majestic Silver no sólo amenaza nuestra existencia y patrimonio histórico y ambiental, sino el equilibrio energético de la humanidad
, añade el manifiesto que dio lugar a la intervención legislativa.
Según los wixaritari, otorgar los permisos de operación destruiría Wirikuta y causaría la contaminación de los ríos, el acuífero, la tierra, aire y especies endémicas y en peligro de extinción, como el águila real.
El manifiesto refiere que los lugares sagrados del pueblo wixárika son Tekata Hauxamanaka, en Cerro Gordo, municipio de Cuencamé, Durango; Tatei Haramara, en la isla del Rey, municipio de San Blas, Nayarit; Xapa Wiyeme, en la isla de los Alacranes, en Chapala, Jalisco, y Wirikuta, en Real de Catorce, San Luis Potosí.
El documento lo firman cuatro comunidades wixaritari junto con la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto de Derecho Ambiental, el colectivo Universitarios Libres, asociaciones jaliscienses y potosinas, comunidades afectadas por la minería, ejidos indígenas y la actriz Ofelia Medina, entre otros activistas.